Su nombre real fue Rafael de la Fuente Benavides, pero el mundo de la cultura y las letras hizo inmortal su seudónimo: Martín Adán. Su poesía vanguardista, de visión barroca y espíritu humanista, marcaron la poesía peruana del siglo XX, junto con el trabajo poético de sus pares en excelencia: José María Eguren y César Vallejo. Martín Adán murió en Lima, el martes 29 de enero de 1985. Sus últimos meses de vida transcurrieron en medio de un estricto autoexilio personal y del olvido del Estado.
Cuando Lima estaba a 48 horas de recibir al papa Juan Pablo II, la noticia de la muerte del poeta Martín Adán cayó como un rayo. En medio de notas del mundo y de las banderas del Vaticano flameando en la capital, la portada de El Comercio daba cuenta del hecho.
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