Que la idea de equidad entre géneros es reciente, no cabe la menor duda. Hasta el siglo XIX, las constituciones políticas consideraban ‘hombres’, ‘personas’, ‘gente’ o ‘pueblo’ solo a los varones blancos libres. La reivindicación femenina de sus derechos –al voto, divorcio o custodia de los hijos– fue contestada no solo de manera policial, sino también en la academia. Cuando surge la musicología como disciplina artística, ya en los albores del siglo XX, los historiadores ignoran a la mujer como sujeto histórico, involucrados como estaban en urdir teorías que las asimilaban con los niños y con las razas ‘inferiores’.
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No es casual, entonces, que los tratados sobre música hayan invisibilizado tanto a compositoras y artistas como Hildegard von Bingen, Beatriz de Dia, Elizabeth Jacquet de la Guerre, Clara Wieck Schumann, Ruth Crawford Seeger o Sofia Gubaidulina. Y como heroínas anónimas quedarán todas esas instrumentistas norteamericanas que alimentaron el swing de las orquestas clásicas y de jazz tras el reclutamiento de los soldados durante las dos guerras mundiales. Cuando ellos regresaron del frente, por supuesto que serían desbancadas. Y confinadas a un lugar ubicado exactamente en los márgenes de la historia.
—Sueño estéreo—Para seguir equilibrando las cosas surgió Amplify, red activa de artistas y curadoras que trabajan en las artes digitales y diversos proyectos inmersivos de narrativa femenina en Argentina, Canadá, México, Perú, Venezuela y Gran Bretaña. En feliz sinergia, Amplify compone una plataforma para dialogar sobre accesibilidad, inclusión e igualdad de género entre los profesionales de la industria, cosa que ocurrió a partir del festival Mutek Montreal y se prolongó en un tránsito intercontinental 2018-2019 que pasó por Buenos Aires y México antes de reconectar con Gran Bretaña en los famosos Somerset House Studios de Londres.
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Desarrollado por organismos oficiales de Inglaterra y Canadá –British Council y Canada Council for the Arts–, este fin de semana Amplify aterriza en Lima con una poderosa sobrecarga de electricidad. Para empezar, el dueto anglo español Clon x Nwrmntc compone un misterioso espacio virtual, oscuro y saturado por ritmos tribales y voces digitalmente procesadas. Repotenciando el impacto de las nuevas tecnologías e Internet en el comportamiento humano, lo puebla con humanoides deambulando en perspectivas propias del ciberpunk más radical.
El montaje atmosférico perfecto para el ingreso de esa acuarela ligera, ingrávida y distante que es la música de Flora Yin-Wong, inglesa de origen chino-malayo especialista en pintar paisajes abstractos preñados de nostalgia. La canadiense Gene Tellem, en cambio, rompe las estructuras del soul y del jazz y lo satura con house electroacústico, igual que su compatriota RAMZi. Más bien estrictamente experimental será la ‘electrónica povera’ de Stephanie Castonguay, que hace sonar máquinas obsoletas. Las esculturas lumínicas de las bonaerenses Mercedes Invernizzi y Laura Fuchs (Prifma) completan la legión extranjera.
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—Transgénero beat—La escudería nacional –en línea sucesoria directa con Olga Pozzi Escot y Teresa Burga, precursoras peruanas de música experimental y arte visual multimedia, respectivamente– está compuesta por Maribel Tafur, Analucía Roeder, Giselle Ángeles y Ale Hop. Si la primera hibrida ambient y downtempo, Roeder construye edificios con animación 3D y realidad aumentada. Y si Ángeles, aka ‘Fragmantista’, diseña complejos paisajes interactivos, Ale Hop llega desde Berlín para presentar su nuevo álbum en acetato “Apophenia”, rico en técnicas extendidas de noise, pop, ambient y sampleos luminosos en tiempo real.
Gravitando entre lo oculto y la vanguardia, entre el atentado contra sus derechos y el silencio de la academia, el talento femenino en la historia de la música sigue rompiendo discontinuidades, vías paralelas y ciclos divergentes. Después de todo, resulta científicamente imposible diferenciar entre la música hecha por hombres o mujeres. Y entonces la belleza, indiferente a los géneros, se inmortaliza en el arte. Felizmente.
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MÁS INFORMACIÓN El festival será en Av. Arequipa 1155, Cercado. Fechas: 19, 20 y 21 de setiembre. Ingreso libre.