FRANCISCO MELGAR WONG
La inmortalidad siempre ha fascinado al ser humano y se suele decir que los grandes artistas viven por siempre. Desde hace unos años, una ola de hologramas de cantantes muertos ha tomado por asalto al rock, el pop, la salsa y hasta al hip hop, creando en el público la ilusión de estar frente a cantantes que lograron vencer a la muerte.
El último ejemplo de este fenómeno ha sido la aparición del holograma de Michael Jackson en los más recientes Premios Billboard. La representación virtual del recordado ‘Jacko’ tomó por asalto el escenario de esta popular entrega de premios para cantar “Slave to the Rhythm” una de las canciones incluidas en el disco póstumo “Xscape”.
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Aunque no se trató exactamente de un holograma sino de un video, Freddy Mercury regresó al Estadio de Wembley para la clausura de las Olimpiadas del 2012. El resultado fue especialmente emocionante porque la gente que se encontraba en el estadio volvió a cantar con él tal como lo había hecho en anteriores ocasiones, en ese mismo lugar, cuando el ex líder de Queen estaba vivo.
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Un holograma que causó furor, aunque también desconcierto, fue el de Tupac Shakur, el rapero que murió baleado en 1996. La aparición (en la que también participaron los vivos Dr. Dre y Snoopp Doggy Dog) ocurrió en el festival de Coachella en el año 2012.
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En el 2009, en American Idol, Celine Dion cantó junto con el holograma de Elvis Presley.
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Finalmente, el año pasado, el holograma de Héctor Lavoe se presentó en un concierto de la Fania All Stars en Puerto Rico. En esta ocasión, la reacción del público no fue de sorpresa y la actuación del fantasma de Héctor fue bastante pobre, acompañada únicamente por una grabación del clásico “Mi Gente”. La aparición de Willie Colón con un trombón, que a todas luces no estaba sonando, no ayudó a salvar la situación.
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Más allá de los debates éticos que estas “resurrecciones” han provocado, hay algunas que han funcionado mejor que otras. Si la interacción del público con el holograma se convierte en la medida para juzgar lo exitosa de una presentación, la de Freddy Mercury es la mejor que se ha llevado a cabo hasta el momento.
La pregunta es: ¿acaso la falta de calidad de los artistas de hoy ha llevado a la industria a dar inicio a esta ola de resurrecciones? La respuesta, como dicen, está flotando en el viento.