Todo, desde el principio, fue apoteósico. Entrar al Estadio Nacional la noche del 18 de octubre fue sorprendente, parecía que no cabía nadie más. Masas humanas se movían al ritmo de DJ Peligro, que cumplió con creces el trabajo de alentar la noche para el espectáculo mayor. Luego, se apagaron las luces y empezó la cuenta regresiva de cinco minutos. El estadio gritó uno a uno los segundos finales.
“Tres, dos, uno″, y todos los celulares estaban arriba.
Retumba el sonido, empieza el juego de luces y la figura de un avión se materializa en el escenario. “Perú, todos con la mano arriba” se escucha y el Nacional es un solo grito. A las 22:10 Daddy Yankeee, rapero, reguetonero y freestyler mayor, saludó a sus fans cantando “Campeón”.
Se llama Ramón Luis Ayala Rodríguez y tiene 45 años. Nació en San Juan de Puerto Rico y cuando anunció su retiro de las canchas musicales el mundo enloqueció. El inmediato ‘sold out’ de la fecha programada en nuestro país —18 de octubre— hizo que se abra inmediatamente un segundo show, programado para el día siguiente. Pero volvamos al concierto del 18. Tras la primera canción saltaron los fuegos artificiales y suena “Remix”. La pantalla proyecta imágenes de androides policías bailando con la letra de “Tiene a to’ el mundo loco, pero pichea/ Me gusta más el remix que la original/ Ahora sí que apretaste, te ves anormal”. Inmediatamente suena “Problema” y todo el estadio corea.
Lo llaman ‘el Cangry’ porque ese es el nombre de uno de sus discos. En Puerto Rico un ‘cangry’ es un hombre fuerte y con aptitudes de líder; persona de importancia e influencia. ¿Y quién más influyente que Daddy Yankee en la popularización del reggaeetón? Entonces dice “¡Perú, todo el mundo arriba! ¡DJ, rómpelo!” Y suena “Rompe”.
Los bailarines marcan el paso que sigue todo el estadio mientras un juego de luces rojas y los fuegos artificiales amarillos hacen explotar la euforia. Entonces se dirige a su público, realmente entregado como ninguno. “Rompe todo Perú. Gracias mi gente linda de Perú, gracias por el cariño, muchas gracias por estar aquí, conmigo, en el rumbo final de mi carrera. Me dieron la noticia de que estamos en el top tres de ventas a nivel mundial. Para mí es una bendición increíble que tantas generaciones después sigan aquí bailando”, dice. Menciona a Bad Bunny, a Karol G, a los cantantes que le siguieron el paso y, cuando suena “Machucando” remata diciendo “¡Que Perú se quede conmigo!”.
Entonces el ‘Big Boss’ presenta a Patricio ‘ Pato’ Quiñones, su bailarín peruano, y le pide que salude a la gente. El público responde como ningún otro público lo ha hecho en esta ciudad. Daddy lanza entonces una invitación: “Ahora que estoy aquí en esta recta final quiero que canten esta canción conmigo”, y suenan “Lo que pasó, pasó”, “Rumbatón”, “Mayor que yo” y es imposible quedar indiferente.
“De verdad me llevo siempre un buen recuerdo. La extraordinaria comida que tienen ustedes. La gente de ‘Mi barrunto’, muchas gracias. La gente del barrio del Callao, gracias”. La gente aplaude a rabiar. Entonces empieza “No me dejes solo”, siguen “Tu príncipe”, “Ella me levantó”, “Yo voy”, “Sal y perrea” y “Soltera”.
Han pasado 15 canciones. ¿Tan rápido? Esta fiesta no tiene intenciones de terminar y el reggaetonero mayor lo sabe. “Los que vinieron a bailar, agárrense bien, que esta noche no vamos a parar”, dice. Pero antes de la siguiente canción aclara: “Yo también tengo mi lado romántico”. Entonces, entona “Llamada de emergencia”.
El juego audiovisual ha sido magnífico durante todo el concierto, pero se vienen cosas aún más sorprendentes. Aparecen en pantalla las imágenes nítidas de otros cantantes que han colaborado con Daddy en sus discos y parece que viéramos en persona a Wisin, Yandel, y otros, en el mismo escenario.
“Este otro tema que viene nació porque estaba yo en el estudio y el DJ me dice que lo que improvise será lo que saquemos. Me gustó la idea y salió esto”. Hablaba de “Shaky shaky”. Luego vinieron “Baila, baila, baila”, “China” y “Pasatiempo”. Hasta el momento se está cumpliendo limpiamente el set list anunciado en la mañana. Siguieron “Somos de la calle”, “Enchuletiao”, “La Santa” y la juerga continúa con “La última vez”. Un dron graba la celebración del público.
“Agua” es una canción que luce a las bailarinas y que el público sigue con palmas mientras en cada zona se ha armado una celebración propia que se encandila con las siguientes palabras del Daddy: “Los que venimos de abajo caminamos con confianza porque es lo que el mundo nos regala”, dice e improvisa una canción freestyle.
Después de una bulla impresionante, pide que todos los celulares estén arriba y el espectáculo es increíble. Entonces el Daddy manda que el estadio se mueva al ritmo de “parabrisas limpiaparabrisas” antes de entonar “Que tire palante”.
“Gracias por todo ustedes son increíbles. Siempre que he venido aquí le han tratado súper bien, muchas gracias. Este cariño, este amor, es recíproco. Muchas gracias, familia, siempre los llevo en el corazón. Perú siempre me ha enseñado el cariño que tiene. Esta canción que viene a continuación fue la canción de la década, esta canción cumplió un sueño de que la gente la cante en español en el mundo entero. Y quiero que la canten conmigo”. Por supuesto, empieza “Despacito” y la imagen de Luis Fonsi aparece en la pantalla.
Era como si ‘el cangri’ hubiera decidido poner a prueba la euforia de su incondicional. “Quiero ver a todos ustedes con las manos arriba” dice antes de entonar “La despedida” y luego “¿Qué tengo que hacer?”. Según el set list filtrado en la mañana estamos en el tramo final del concierto, pero la fiesta está en su máxima expresión.
Pide que suenen los timbales y luego invita a los fans a bailar “Hot”. “Limbo” empieza y un juego de máscaras y trajes multicolores de luces de neón alumbra el escenario, y antes de que empiece “Mueve ese boom”, lanza una invitación: “Suban el video de esta canción. Y me taggean que voy a ver todos los videos”.
Mirar el reloj entonces implica darse cuenta de que esto está terminando. Pero quién quiere que termine si entonces suena “Con calma/yo quiero ver cómo ella lo menea”. “Que levanten la mano todas las mujeres que cuando las veo pienso que están bellas, pero también están DURAS”, dice, y empieza “Dura”. Entonces, llega el irremediable final, ese que un público realmente devoto como este, teme. Pero Daddy Yankee se las arregla para que incluso la despedida sea una gran fiesta.
“Qué sandungueo nos hemos pegado hoy. Graba esta canción que es la canción de la década del 2000, que es la canción que cambió todo”, son las palabras con las que introduce su primer y máximo hit: “La gasolina”.
Entonces, esto se acabó. “Mañana seguimos con otro golazo. El primer golazo con ustedes fue increíble, muchas gracias”, dice Daddy al despedirse del escenario en medio de olas, aplausos y fuegos artificiales. “Me queda pendiente conocer todos los lugares que el trabajo no me ha permitido. Volveré a conocer todas esas ruinas hermosas que tienen. Cuando me vean por ahí denme un abrazo”, añade y se despide.
Y esta fue una de esas noches que nos hizo recordar que, después de una pandemia, seguimos vivos.
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