Quienes la han visto sobre el escenario de La Voz Senior, el programa de canto para personas de la tercera edad, no podrían sospechar que el cuerpo de esta mujer que derrocha energía, ritmo y un dominio absoluto de las armonías y acordes ha sufrido -y aun sufre- lo indecible. Lourdes Carhuas pertenece a ese grupo de artistas talentosos que no buscan reconocimiento, pero que continúa componiendo y cantando simplemente porque la música es su mejor forma de expresarse y sentir. Esta es la explicación que podría resumir la participación de alguien con una amplia trayectoria como es el caso de esta prolífica compositora y recordada segunda voz de Las Hermanas Carhuas, dúo que se hizo conocido allá por los años setenta.
“No era parte de mis planes”, asegura la artista sobre su aparición en el concurso televisivo. En los últimos años Carhuas ha pasado por momentos que han puesto a prueba su fortaleza y fe. Cuenta que luego de muchos meses, tras superar el cáncer y la operación que le extirpó un tumor en la cabeza, sintió la necesidad de volver a cantar. Las dudas y el temor la embargaron, pero la música pudo más. “Ahora que he decidido cantar de nuevo ya no hay forma de pararme”, confiesa. Y aunque su estado de salud aún es delicado su mayor deseo es seguir compartiendo su legado musical, que incluye temas como “La protagonista”, “Viento” y “Por esas trenzas”, grabados por grandes de la música peruana. Esto fue lo que nos dijo.
Más allá de divertirse y volver a pisar un escenario, como ha dicho, ¿cuál fue su motivación para participar de La Voz Senior?
Yo solo quiero cantar. Y eso es lo que hago en este concurso. Le pregunté a una de mis hijas, que es parte de los coros del grupo musical del programa, si aún había tiempo para participar porque la verdad es que al inicio ni siquiera pensé en ir. A mí me aterran los concursos, soy miedosa. Pero más me aterraba sentir que sin la música estaba sepultada, porque así me sentía. Durante la pandemia yo he estado en un silencio enorme. Le dije a mi hija, un día más sin cantar y creo que me muero. No podía más. Por eso fui a La Voz Senior. Cuando me animé era el último día, así que esa misma tarde fui. Todo fue tan rápido que ni siquiera había pensado en el repertorio.
Los cuatro entrenadores voltearon al oírla, ¿tenía alguna duda de que esto pasaría?
Eso ni siquiera me preocupaba. Recuerdo que le dije a mi hija si nadie voltea no importa porque ya fui feliz cantando, ya respiré.
Las pruebas de la vida
Usted ha superado problemas de salud muy fuertes como un cáncer a la tiroides y un tumor. ¿Cómo se encuentra actualmente?
Ese cáncer fue muy duro y agresivo. Me sacaron el timo, sobreviví por un milagro. Luego tuve un tumor cerebral enorme, me tuvieron que abrir dos lóbulos para sacarlo. Y luego de un tiempo me enteré de que tengo otro tumor. Está alojado detrás del ojo, en la base del cerebro. Todas mis funciones vitales están ahí.
¿Es operable?
No, por eso tengo la mitad de la cara (lado derecho) prácticamente adormecida. Tengo la mitad de la lengua también dormida, la garganta igual, ese tumor me afecta mucho los ojos. Tengo muchas cosas, pero a pesar de todo quiero cantar. Tengo días buenos y otros malos.
En estas circunstancias, podríamos decir que cantar es un verdadero reto para usted.
Lo sabía desde un inicio. Tengo, además, mal los pulmones. Del lado izquierdo casi ya está desecho lleno de cicatrices de tantas neumonías. Felizmente tengo el corazón fuerte, aunque recuerdo que hace un tiempo tuve que tomar 17 pastillas diarias para el corazón. Es que me dio una cosa tras otra, casi todo a un mismo tiempo.
¿Cuándo es que empiezan a desatarse todos estos males?
Desde el 2004 más o menos. Lo primero que me dio fue un síndrome de Cushing que me tuvo en silla de ruedas. Mis hijos tenían que darme la comida en la boca y hasta bañarme. Después vino el cáncer, teniendo esa enfermedad fue que participé en el Festival Claro. En esos tiempos mi voz estaba muy afectada por tanta neumonía y lo que me sacaron. Todo eso me malogró la garganta.
¿Cuánto tiempo tuvo que dejar de cantar?
Hubo un tiempo en que perdí la voz. Se supone que debía tener un año de rehabilitación, pero logré recuperarla en dos meses. Es por eso que yo hablo de milagros, porque literalmente el cáncer me destruyó la garganta, casi no podía emitir sonido, era horrible. Fue después de haber ganado en el Festival Claro, en el 2009. Recuerdo que después de un tiempo me invitaron a que regrese como jurado, me pidieron un tema que fue “Cantaré” y bueno, como dice el nombre tuve que cantar. Fue toda una historia que me tardaría en contar horas.
¿Siempre tuvo la confianza de que volvería a los escenarios a pesar de todo?
Sí, yo lo sentía. Pude volver a ser fuerte y volver a caminar, a tocar. Luego de que me extirparon el tumor yo no sabía decir ni cama, había perdido la habilidad de hablar. Me afectó mucho y aún sigo. Por ejemplo, ahora que estamos conversando mi cara se pone como si estuviera chupando limón, se contrae.
La vida entre cantos
¿Cómo ha tomado los comentarios de la gente que ve el programa? La mayoría positivos, pero también hay algunos que no lo son tanto.
Yo los entiendo porque la vida es así, es dual. A algunos nos gusta una cosa y a otros algo distinto. Yo no tengo problema con eso, a mi edad he recibido muchos golpes, pero también cosas buenas. Mi arma es el amor. No tengo miedo a lo que me puedan decir. Como le he dicho a mi hija, alguna vez seguro me tirarán un tomate en la cabeza.
Es extraño que a pesar de tener un amplia trayectoria musical, primero junto a su hermana Lorena y luego como corista de grandes de la música peruana, nunca se haya animado a grabar sus temas con su propia voz.
Solo grabé un tema y fue con El Comercio, justamente. Mabela Martínez quería un valsecito, pero yo no había hecho ninguno. Así que mientras preparaban los aparatos para que yo grabe uno de mis temas y se lo den a otro para que lo cante me escucharon cantar “Viento”, canción que se la dedico a mi papá. A Mabela le encantó y me dijo que yo misma debía grabarlo. Y así fue, es lo único que he grabado en mi vida.
El premio por ganar “La Voz Senior” es precisamente grabar un tema.
No lo sabía hasta hace poco. Lo hemos conversado entre nosotros los participantes, muchos no sabemos bien cuál es el premio. Pero si llego a la final y por esas cosas de la vida gano, sería todo, ya qué más le podría pedir a la vida. Sería un sueño hecho realidad. Aunque ahora fíjate que me están queriendo regalar grabaciones y hasta queriendo hacer fotos para el disco. Me están pasando cosas que nunca pensé iban a suceder. La verdad yo no estoy pensando en ganar, aunque Tony (Succar) me dice que sí puedo. Lo que pasa es que no soy tan agresiva en ese sentido. A veces me digo a mí misma que de repente por eso no he grabado nada. Mi hermana me decía “la gallina pone huevos porque cacarea… ¡y tú no cacareas! (risas).
¿Y por qué eligió a Succar en vez de a Eva Ayllón, que hace música peruana como usted?
Porque es músico como yo y hablamos el mismo idioma. Siento que él puede entenderme mejor y yo a él. ¿Qué hubiera pasado con Eva? Creo que ella ya tiene una forma de cantar, un estilo y quizás habría querido que algo suyo, como su fraseo, también lo tengamos nosotros. Yo he hecho coros para ella, pero no es que yo tome lo suyo, yo no canto como ella ni como Cecilia (Bracamonte) o como otros cantantes. Ahora estoy haciendo cosas que nunca he hecho en un escenario o que he hecho muy poco, que es jugar con la melodía y armonía.
Succar ha dicho que usted es un genio, musicalmente hablando,
Mira yo sé que no tengo una gran voz, pero musicalmente sí soy mejor. Si yo fuera jurado tal vez elegiría a otro como la mejor voz, pero Tony me ve como un músico que canta y de estos no hay muchos. Yo quisiera ser la mejor voz para complementarme mejor, pero creo que con todos los problemas que he tenido mi voz vale. Soy el contralto, la voz más grave dentro todas las mujeres que participan, pero puedo llegar hasta un barítono. Y creo que a Tony le gusta eso, que me pasee por diferentes lados.
¿Considera que su aporte musical no es del todo valorado por el gran público?
Definitivamente si yo cantara, por ejemplo, un bolero cantinero les gustaría más a muchos. Pero si yo agarro un bolero le cambiaría la melodía y es muy probable que digan que estoy cantándolo mal. Es en realidad, lo que muchos piensan porque no es la melodía que siempre escucharon. Esto se hace por ejemplo cuando se toca o canta jazz, pero ¿cuánta gente escucha jazz? Por eso es que los temas que he cantado en La Voz Senior he intentado no hacerlos tan diferentes. Por ahí alguna pequeña improvisación, no todo porque sé que la mayoría no lo va a entender. Sé que esto que yo hago va en contra de lo que gusta, pero es mi riesgo, es mi forma de sentir la música.
Tengo entendido que en este concurso será el público quien elija al ganador. ¿Ya tiene una estrategia?
Ya hay compañeros que están haciendo este trabajo de atraer al público. Yo la verdad en mi vida había entrado a las redes así que mi hija y mis nietas me están ayudando, pasando pedacitos de mis presentaciones y de mis canciones. Yo sé que a pesar de mi trayectoria la gente casi no me conoce. Y eso es porque nunca he sacado un disco. Si yo ponía un show no se llenaba. Pero como compositora sí me conocen más y por eso estoy muy agradecida. Empecé un poco tarde. Recién a finales de los noventa es que Cecilia Bracamonte, Eva Ayllón, entre otros, empiezan a cantar mis temas.
¿Cuál diría usted que ha sido su mayor aprendizaje en La Voz Senior?
He vuelto a confirmar que la música es mi vida, es mi respiración. Son mis sentidos completos, por eso me siento tan afortunada de este regalo que Dios me ha dado. A mi madre le prometí que iba a llegar a ser la mejor de las mejores y con este concurso siento que lo estoy logrando. Si es que no llego a la final, no importa porque ya soy feliz. También he conocido gente linda, de mi edad, que ama tanto la música como yo. Quiero compartir las canciones que guardo en mi computadora, tengo que darlas a conocer. No me importa si me dan plata o no. A estas alturas, lo único que me importa es la música y doy gracias por ella.
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