En Lima es más fácil encontrar un taller de poesía o de composición de canciones que uno de rap. No se trata de expresiones divorciadas, pero la última se encuentra relegada, quizá por la mala fama que la cultura urbana y sus exponentes más comerciales se han ganado a pulso. Ni las universidades nacionales se han atrevido a dictarlos.
La situación es distinta en otras partes del mundo. En España, exactamente en la Universidad Complutense de Madrid, se imparte el curso “Graffiti, hip hop y medios de comunicación” como parte del doctorado que ofrece la Facultad de Ciencias de la Información. Más avanzadas en este aspecto son los centros estadounidenses: Harvard, Princeton, la Universidad de Nueva York desde hace varios años dictan varios cursos que permiten explorar la historia y expresiones de esta cultura. Otras, incluso, ofrecen carreras completas.
Felizmente, el panorama limeño ha empezado a cambiar y el rap ha mejorado su reputación, al punto que los peruanos de Rapper School darán un concierto a fin de mes en la FIL 2019. A inicios de mayo, por ejemplo, el destacado rapero A.C.O organizó el taller de ritmo y poesía; y ahora, los estudios sobre el hip hop llegan a otro nivel de la mano del Hip Hop College, instituto que abrirá sus puertas a finales de agosto.
“En resumidas cuentas, el hip hop no ha sido tomado en serio por el prejuicio y las pocas ganas de explorar las nuevas tendencias –comenta Rafomagia, rapero y ahora profesor de la nueva escuela–. Pero en EE.UU. hace rato se dieron cuenta de que es una herramienta poderosa para la transformación, ya sea si lo tuyo es dibujar, bailar o cantar”.
Para Rafomagia, es la moda de las batallas de freestyle las que, de alguna manera, han oficializado al hip hop. “El fenómeno hace que todos los medios hablen de esta cultura –anota–, que los más destacados ‘freestylers’ logren contratos con empresas de telefonía o que representen al país. Eso es una referencia muy importante para los padres, y hablo de ellos porque son los que dan los permisos y matriculan a sus hijos”. Dicho eso, es menester que tanto él como el resto de la plana docente enseñen que el hip hop es mucho más que solo rapear.
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