A tres días de celebrarse Halloween en Estados Unidos, el presidente Donald Trump y su esposa Melania Trump recibieron a niños y familiares de militares en la Casa Blanca, en Washington.
Durante 40 minutos, la pareja presidencial compartió momentos con cada uno de los pequeños, que se esforzaron en llegar con su mejor disfraz. Princesas, dinosaurios, calaveras y personajes de terror fueron los atuendos elegidos por los invitados a la residencia.
Una de las anécdotas de la jornada fue que Trump y Melania saludaron a un niño vestido de Minion y le dieron un chocolate. Pero como el pequeño no tenía donde guardar el regalo, se lo colocaron encima de la cabeza, entre las risas de los asistentes.
Como es habitual cada año, la puerta sur de la residencia presidencial de Estados Unidos se decora con calabazas para servir de escenario de la fiesta de Halloween. No falta ni siquiera una alfombra naranja, el color tradicional de esta celebración.