Han pasado más de 6 años desde que Breaking Bad, icónica serie catalogada como una de las mejores de la historia, llegó a su fin; sin embargo, no fuimos pocos los que nos quedamos con ganas de más. Aunque el drama televisivo de Vince Gilligan supo darle una despedida digna al recordado Walter White (Bryan Cranston), quien se las arregló para enmendar sus errores solo de la forma en que él podía hacerlo, el destino de Jesse Pinkman (Aaron Paul) quedó en el aire luego que lograra recuperar su libertad. Afortunadamente, “El Camino: A Breaking Bad Movie” llegó para atar algunos cabos sueltos y para recordarnos nuevamente, aunque de forma imperfecta, por qué esta producción encantó a millones de personas.
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Antes que nada, es importante resaltar que todo lo que ocurre en “El Camino: A Breaking Bad Movie” se da inmediatamente después del último capítulo de la serie. Luego que un absorto Pinkman logra escapar en auto de las instalaciones en donde fue torturado y obligado a trabajar para un grupo de asesinos neonazis. Esto, sin embargo, lo convierte en blanco de las fuerzas del orden de todo Estados Unidos, quienes inician una exhaustiva búsqueda por todo Alburqueque para dar con su paradero.
Es así que nos ponemos en los zapatos de Jesse, quien busca escapar de la ciudad y dejarlo todo. Desafortunadamente, le toca atravesar uno de los momentos más angustiantes de su vida al recordar constantemente el martirio que vivió cuando estuvo encarcelado. Para ello, Gilligan recurre a unos muy bien usados flashbacks durante casi toda la película, los cuales terminan recordándonos de paso cómo se llevó a cabo su transformación de ingenuo criminal a asesino de sangre fría.
Sin dudas, algo que encantará a los fans es la aparición de viejos y muy queridos personajes de los que creímos ya no tendríamos noticias. Asimismo, la ambientación y los planos que hicieron tan único a Breaking Bad regresan. Y lo hacen en todo su esplendor.
Conforme el tiempo pasa, volvemos a adentrarnos en ese universo en dónde se logra un excelente balance entre la acción, el miedo y la tensión. Gilligan incluso se dio el lujo de agregarle a la cinta una cuota de humor. Lo mejor es que lo hace sin alejarse del todo de ese tono oscuro que toma El Camino.
Otro punto a destacar es que ya no estamos ante ese tonto ex alumno de Walter White que apenas y podía ir a la tienda a comprar una lista de insumos para “cocinar”. Ahora, estamos ante un experimentado ex comercializador de droga que ha visto y vivido demasiado. Tanto como para intimidar al más desesperado matón que está dispuesto a hacer lo que sea por dinero.
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A pesar de que “El Camino: A Breaking Bad Movie” es una excelente película que todo fanático de la serie debe ver, sentí que durante todo su desarrollo estuve esperando algo que jamás llegó. Y es que la cinta de dos horas de duración no termina mostrando mucho más allá en la vida de Pinkman de lo que hubiera querido. Tampoco ocurre ningún giro inesperado, de esos a los que a serie nos tenía acostumbrados.
A pesar de lo mencionado anteriormente, “El Camino: A Breaking Bad Movie” le ofrece a Jesse Pinkman una merecida despedida que nos permite comprobar, una vez más, por qué es uno de los personajes más queridos de todo el universo de Breaking Bad.
Por otra parte, Aaron Paul ya nos tenía acostumbrados a una magistral trabajo frente a cámaras, el cual pudimos ver madurar con el pasar de las distintas etapas de la serie; sin embargo, me animo a decir que estamos no solamente ante su mejor participación en todo Breaking Bad, sino también ante la mejor actuación de su carrera.