El pasado 19 de agosto se realizó una audiencia en la que Britney Spears exponía que ya no quería que su padre, Jamie Spears, continuara como su tutor con responsabilidad de control financiero y que dicha función continúe en manos de su abogada Jodi Montgomery, quien asumió el rol hace un año.
Esta es la primera ocasión, en 12 años, en la que Britney manifiesta de manera legal su deseo por quedar al margen de las decisiones de su progenitor, quien en septiembre pasado renunció al poder de manera temporal argumentando problemas de “salud personal”.
Según publicó The Sun, citando documentos legales: “Britney se opone firmemente a que (Jamie) regrese como tutor de su persona. Más bien, prefiere que la señora Montgomery (su abogada) continúe en el papel como lo ha hecho durante casi un año”.
Sobre la audiencia judicial realizada, el portal especializado TMZ informó que “fue simplemente una conferencia programada” y que “no hubo cambios en el estatus de la tutela”; es decir, su padre quedó a cargo del control directo sobre asuntos financieros y de la vida de la ‘princesa del pop’.
¿Por qué no se aceptó la petición de Britney Spears? Según explicaron fuentes al portal de noticias, “algunos documentos deben presentarse antes” de que la cantante exponga su petición ante el juez.
“El programa de Britney en este caso es que se ha declarado que no puede tomar decisiones importantes en su vida por su enfermedad mental, por lo que es casi seguro que sus deseos se vean atenuados por el hecho mismo de que existe una tutela”, añadió la fuente a TMZ.
Como se sabe, desde hace varios meses se ha impulsado el movimiento #FreeBritney, en el que los fans de la cantante abogan para que ella ya no esté bajo una tutela y pueda desarrollar su vida libremente.