CUIDADO, ALERTA DE SPOILER. Después de un breve descanso, la temporada 17 de “Grey’s Anatomy” volvió con su cuarto episodio y mientras los médicos del Grey Sloan Memorial continúan luchando contra el coronavirus Mer se reencontró con otro querido personaje en su idílica playa.
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El estado de Meredith aún es crítico y los encargados de supervisarla son Teddy y DeLuca, quien por cierto identificó un fármaco experimental que podría ayudarla. Sin embargo, Richard, quien ahora tiene el poder notarial de Mer, no quiere arriesgar la vida de Mer.
En tanto, Meredith ve a alguien en la torre de salvavidas y cuando se acerca más descubre que se trata de George O’Malley. Durante el emotivo reencuentro hablan de los hijos de Mer y de la madre de Goerge, pero cuando Richard también aparece en el sueño O’Malley intenta convencerla de que regrese al mundo real. “Lo sé, George”, responde ella.
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Fuera de sueño Richard también escucha esas palabras y toma una decisión: le ordena a DeLuca que pruebe la droga en Mer. Finalmente, en la playa, tanto Bailey como Richard aparecen junto a Mer y George, mientras la voz en off explica que en el peor momento siempre deben buscar a tus personas.
EL RESTO DE LOS DRAMAS
Aunque el posible romance entre Jo y Jackson entusiasme a algunos fans de “Grey’s Anatomy”, ellos solo buscan distraerse. Avery de su reciente separación de Vick y Jo del final de su matrimonio con Alex Karev. Por lo tanto, ninguno parece interesado en algo serio.
Mientras tanto, Amelia se siente agobiada y desahoga su frustración hablando con Link, pero cuando lo invita a hacer lo mismo, Link se niega y le explica que ha pasado demasiado tiempo viviendo en la oscuridad y prefiere mantenerse optimista.
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A pesar de que su prueba dio positivo, Koracick se niega a aceptarlo, no obstante su condición empieza a empeorar, así que probablemente sea internado en el hospital al igual que Meredith en el próximo episodio de “Grey’s Anatomy”.
Por su parte, Owen debe lidiar con un diagnóstico erróneo que lo lleva a cuestionarse si es racista. Para resolver sus dudas acude a Bailey, quien le asegura que si el protocolo no funciona lo mejor es cambiarlo.