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Entre los jirones Huallaga, llamado antiguamente Botoneros, y de la Unión se lucen los balcones limeños. Postal del 21 de junio de 1949. Foto: GEC Archivo Histórico
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En Botoneros

Entre los jirones Huallaga, llamado antiguamente Botoneros, y de la Unión se lucen los balcones limeños. Postal del 21 de junio de 1949. Foto: GEC Archivo Histórico

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Postal del 12 de febrero de 1964 del jirón Azángaro en el Centro de Lima. Foto: GEC Archivo Histórico
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Paisaje urbano

Postal del 12 de febrero de 1964 del jirón Azángaro en el Centro de Lima. Foto: GEC Archivo Histórico

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En esta postal del 24 de marzo de 1947 se aprecian los balcones en el jirón Huallaga y además llama la atención que el pasaje José Olaya está cerrado. Foto: GEC Archivo Histórico
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Balcones con historia

En esta postal del 24 de marzo de 1947 se aprecian los balcones en el jirón Huallaga y además llama la atención que el pasaje José Olaya está cerrado. Foto: GEC Archivo Histórico

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Los balcones eran hechos con roble y cedro traídos desde Ecuador y Nicaragua. El color preferido fue el mate y el verde olivo. Postal del 22 de abril de 1962. Foto: GEC Archivo Histórico
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Testigos del tiempo

Los balcones eran hechos con roble y cedro traídos desde Ecuador y Nicaragua. El color preferido fue el mate y el verde olivo. Postal del 22 de abril de 1962. Foto: GEC Archivo Histórico

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Con el paso de los siglos, cientos de balcones sucumbieron al crecimiento vertical de la capital. Postal del 25 de marzo de 1962. Foto: GEC Archivo Histórico
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Balcones sobre ruedas

Con el paso de los siglos, cientos de balcones sucumbieron al crecimiento vertical de la capital. Postal del 25 de marzo de 1962. Foto: GEC Archivo Histórico

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El historiador Bruno Roselli era conocido como el 'loco de los balcones' por su tenaz defensa de estas piezas artísticas. Postal del 22 de enero de 1960. Foto: GEC Archivo Histórico
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El loco de los balcones

El historiador Bruno Roselli era conocido como el 'loco de los balcones' por su tenaz defensa de estas piezas artísticas. Postal del 22 de enero de 1960. Foto: GEC Archivo Histórico

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Los balcones del Palacio de Torre Tagle son los más fotografiados de todo Lima. Postal de 1960. Foto: GEC Archivo Histórico
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Palacio de Torre Tagle

Los balcones del Palacio de Torre Tagle son los más fotografiados de todo Lima. Postal de 1960. Foto: GEC Archivo Histórico

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Balcón de la escritora Clorinda Matto de Turner ubicado en la tercera cuadra del jirón Cailloma. Postal de los años 50. Foto: GEC Archivo Histórico
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Sobrevivientes del cambio

Balcón de la escritora Clorinda Matto de Turner ubicado en la tercera cuadra del jirón Cailloma. Postal de los años 50. Foto: GEC Archivo Histórico

Lilia Córdova Tábori

Aunque provienen del mundo musulmán, hay balcones similares en Damasco, El Cairo, Túnez e Islas Canarias, los balcones limeños son uno de los elementos que más ha distinguido a nuestra capital desde los primeros años de fundación.

Los balcones fueron concebidos para proteger del calor a los habitantes de las casonas y recluir a las mujeres que podían mirar sin ser vistas. Los viajeros afirmaban que con la tapada fisgoneando detrás de las celosías de un balcón mudéjar, se advertía cierto aire morisco en Lima.

Los primeros carpinteros fueron españoles y posteriormente los nativos comenzaron a hacerlos. Los balcones eran hechos con roble y cedro traídos desde Ecuador y Nicaragua.

El color preferido fue el mate y el verde olivo. Así sean grandes o pequeños todos tenían como característica ser horizontales. Además podían estar ubicados a cada lado de la portada, uno solo en esquina o doblarla.

Diego Zamora, Juan Bautista y Gonzalo de Aguilar son algunos de los carpinteros más representativos de los primeros años de la historia de Lima.

Con el paso de los siglos, cientos de balcones sucumbieron al crecimiento vertical de la capital. En los años 60 el profesor italiano Bruno Roselli defendió a los balcones limeños. En muchas ocasiones iba a las construcciones y los compraban. Almacenó una gran cantidad de ellos en un terreno hasta que un incendio destruyó sus buenas intenciones.

Sería en 1983 que el alcalde de Lima Eduardo Orrego creó el Patronato de Balcones y gracias a su campaña “Adopte un balcón” logró recuperar 80 de ellos. Entre 1997 y 2002 el burgomaestre Alberto Andrade retomó esta campaña y recuperó 72 balcones. En 2012 haría lo propio la gestión de Susana Villarán cuya meta era poner en valor unos 400 balcones.

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