Siempre polémico, Jaime Bayly dedicó su columna semanal en el Diario Las Américas a contar su versión de cómo fue su relación con Diego Bertie, quien cayó desde el piso 14 del edificio donde vivía en Miraflores. El el texto, que tituló “El suicidio del actor”, el escritor se refirió al lamentable fallecimiento de Diego Bertie, quien cayó desde el piso 14 del edificio donde vivía en Miraflores, deslindó tener responsabilidad en el lamentable hecho.
Tal y como siempre lo hace, el periodista utilizó al personaje del “actor” para referirse a Bertie y el de “escritor” para hablar sobre sí mismo e inicialmente recordó la entrevista -supuestamente- liberadora que concedió el intérprete de “Qué difícil es amar” al programa “Magaly TV La Firme”, en la que sorprendió a todos al admitir que ambos tuvieron un romance en los año 90.
“Al salir del armario en la televisión, el actor dijo que se sentía libre y feliz, emancipado de angustias y tormentos sobre su identidad sexual (soy una persona sin ningún rollo, mencionó). También dijo que tenía un novio (tengo amor en exceso y del mejor, se animó a decir). Reveló además que su hija de veintidós años sabía que él era gay (ella sabe que soy gay desde que tenía seis añitos, precisó)”, indicó.
Es por ello, que Bayly consideró extraño que Bertie haya tomado la decisión de acabar con su vida pues “todo hacía presagiar entonces que el actor había inaugurado una etapa libre y feliz de su vida, en la que ya no tendría miedo de decirle a la prensa que era gay y en la que reanudaría su carrera como músico de indudable talento. Sin embargo, decidió interrumpir bruscamente su vida”.
“¿Por qué se suicidó el actor? ¿Le resultó insoportable salir del armario, confesar en público que era gay, enfrentar unas turbulencias mediáticas a las que estaba desacostumbrado? ¿Se arrepintió de haberlo hecho, o de haberlo hecho de esa manera, en aquel programa? ¿Se torturó pensando que hubiera sido mejor preservar el perfil bajo y, por tanto, decir yo no hablo en público de mis intimidades, como le había dicho a la prensa durante décadas?”, cuestionó.
El “Niño Terrible” también recordó que tras la publicación de “No se lo digas a nadie”, que no era “una novela sobre ese actor que se ha quitado la vida, ni contra ese actor en particular (...) era sobre la vida atormentada del escritor”, Bertie acudió “al programa de televisión del escritor y le dijo que había leído la novela; que le había parecido una novela adolescente, en el buen sentido; que le había gustad. Es decir que el actor no estaba molesto con el escritor”.
“No es menos cierto que ese actor, como otros actores, tuvo que resignarse a que cierta prensa sembrase la duda de que acaso había sido amante del escritor. En cualquier caso, no era una duda o una sospecha que parecía torturarlo en aquel momento. Por eso fue al programa del escritor y dijo que le había gustado la novela”, rememoró al tiempo que indicó que cada uno siguió con su vida y “en teoría, no eran enemigos, o no lo parecían”, agregó.
Sin embargo. Bayly mencionó que “cuatro años después del primer escándalo que los enfrentó, el actor visitó nuevamente el programa de televisión del escritor, un espacio que ahora tenía difusión internacional. El actor y su esposa, invitados por el escritor, viajaron a la ciudad donde el escritor emitía su programa. El escritor conoció a la esposa del actor y la saludó con cariño. La entrevista fue tranquila, amable, sin rencores ni reproches”.
“Terminada la grabación, el escritor los invitó a cenar. El actor y su esposa declinaron. El escritor sintió que el actor ya no lo quería. Esa fue la última vez que se vieron en persona el actor y el escritor. Han pasado veinticinco años desde entonces. Ahora el actor se ha retirado del gran teatro de la vida”, indicó para luego hablar del extraño cambio de Bertie, ya que fue hace apenas unos meses que empezó a atacarlo.
“¿Por qué tantos años después, en vísperas de morir, el actor vapuleó al escritor, hizo escarnio de su apariencia física, lo acusó de traidor y dijo que el amor entre ambos había sido corto, fallido e irrelevante?”, escribió para luego recordar que los fans de Diego Bertie se dedicaron a criticarlo por haber escrito sobre el actor en su propio libro autobiográfico y también por dedicarle una columna una vez que confesó que era homosexual.
“Ahora los seguidores y admiradores del actor le enrostran que él tiene la culpa de su suicidio, que él lo indujo a matarse, que él lo torturó tan minuciosamente que lo obligó a saltar al súbito espanto de la muerte. Debido a ello, los fanáticos del actor le piden al escritor que, en homenaje a la memoria del actor, se mate él también, se suicide tan pronto como sea posible, salte de un piso alto, o se dispare un tiro en la sien, o se ahorque en el clóset de su casa, porque él y solo él, dicen los biempensantes y los malpensados, tiene la culpa de que el actor se haya quitado la vida”, señaló.
“Destruido, mudo de tristeza, el escritor piensa que es injusto y canallesco culparlo a él del suicidio del actor. No piensa quitarse la vida en homenaje a la memoria del actor (...) Destruido, mudo de tristeza, ferozmente culpado por los biempensantes y los malpensados, el escritor piensa: si, en vez de criticarme en esa penúltima entrevista, el actor me hubiese pedido ayuda, yo habría hecho cualquier cosa, cualquier cosa, por salvarle la vida”, finalizó.
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