Un detalle que no pasa desapercibido por los medios británicos. La reina Isabel II del Reino Unido tiene a su servicio a un sinnúmero de profesionales, entre ellos un relojero. Actualmente el puesto está a cargo del conservador de relojería Fjodor van den Broek, quien hace un tiempo reveló a la cadena británica de noticias BBC que hay dos lugares en el castillo de Windsor y en el palacio de Buckingham donde los relojes están cinco minutos adelantados.
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La fuente señala que Fjodor está a cargo de conservar la colección de 400 relojes de la Royal Collection Trust que alberga el castillo de Windsor en Londres, verdaderas joyas con hasta nueve siglos de antigüedad. Cada mes de octubre, el relojero de la reina Isabel II del Reino Unido es el encargado de cambiar la hora de cada pieza para adaptarlos al horario de invierno, una tarea que le toma cerca de 16 horas en realizar.
Pero no a todos les colocará la misma hora, hay dos que estarán cinco minutos adelantado. “La gente todavía se sorprende de que en el Castillo de Windsor y en el Palacio de Buckingham haya una pequeña zona horaria en las cocinas, donde los relojes siempre se adelantan cinco minutos. Esto es para que la comida llegue a tiempo... Es un recordatorio constante de que la puntualidad es importante”, reveló.
El trabajo de Fjodor incluye pasar una jornada completa a la semana dando cuerda a los relojes para mantener sus péndulos en movimiento. Según cuenta, su contador de pasos registra cada día unos 16.000 camino a la supervisión de todos los relojes de cuerda del castillo. Porque aunque sean piezas muy valiosas y estén tratadas con tanta minuciosidad, a veces no todos los relojes dan la hora.
De ahí que este experto “vigile constantemente” cada reloj de todos los lugares donde la reina Isabel II del Reino Unido recibe a jefes de estado, realiza investiduras o entrega condecoraciones antes de que alguna de esas visitas pueda observar que un reloj se ha adelantado o atrasado aunque solo sean unos segundos. Algo que puede ocurrir a pesar de la precisión de estas piezas de relojería.
Entre los relojes más destacados de la colección de Windsor está uno francés situado en el Comedor de Estado regalo del rey Luis Felipe de Francia en 1844 a la reina Victoria. Hay otras piezas bastante especiales, como un reloj de casi dos metros de altura fabricado por Charles Clay a mediados del siglo XVIII que toca melodías de Hendel, cuatro de las cuales fueron compuestas para este reloj órgano.