Sacudido y conmocionado por una ola de feminicidios. Así se encuentra México por estos días luego de saberse el caso de Andrés ‘N’, quien ha reconocido haber asesinado a cinco mujeres, pero ya se habla de una lista que incluiría al menos a 30 féminas en los últimos 20 años.
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Todo empezó el 15 de mayo con el hallazgo del cuerpo de Reyna González. El cuerpo de la joven madre de 34 años fue encontrado en la casa del supuesto del asesino serial, después que su esposo llegara a la vivienda ubicada en Atizapán de Zaragoza, en donde también se encontraron algunos cráneos y varios huesos de sus otras víctimas.
¿QUIÉN ES ANDRÉS “N”?
Según información recogida por varios medios mexicanos, el hombre de 72 años responde al nombre de Andrés Filomeno Mendoza Celis y hasta antes de conocerse su macabro historial, formaba parte del equipo de campaña de Pedro Rodríguez Villegas, quien postulaba –por la coalición Va por México– al cargo de presidente municipal de Atizapán de Zaragoza, uno de los 125 municipios que forman parte del Estado de México.
Precisamente en este ayuntamiento, Andrés “N” había trabajado años atrás como presidente del Consejo de Participación Ciudadana y, como señalan quienes creían conocerlo, aparentaba ser un vecino “normal, tranquilo y no conflictivo” de la colonia Lomas de San Miguel, que se preocupaba por la falta de servicios básicos (agua y alumbrado público) en la comunidad donde llevaba varias décadas viviendo.
Una personalidad para nada compatible con el tenebroso panorama que se halló en su domicilio. En su interior, las autoridades mexicanas encontraron –además del cuerpo de Reyna, los cráneos y los huesos– rostros desollados con cabelleras completas que estaban bien conservados.
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HÁBIL CON EL CUCHILLO
Entonces, ¿qué explica el escalofriante hallazgo? Tal como han informado medios como Infobae, el hoy asesino en serie conocido como “El Chino” trabajó por muchos años como carnicero en un rastro municipal de preparación de carne para consumo humano en Tlalnepantla (Estado de México). Es en este lugar en donde habría perfeccionado su habilidad con los cuchillos.
Y fue esa pericia la que posteriormente habría utilizado, precisamente, para desollar a todas las mujeres que asesinaba –según refieren varios medios– de una puñalada en el pecho para luego descuartizar sus cuerpos y desollar la piel de sus rostros para conservarlas.
¿Cómo? Al parecer, la experiencia que adquirió en sus tiempos de “carnicero” le habría valido para curar los restos de sus víctimas con sal, eliminar la humedad y así evitar su descomposición. Y es que todo parece indicar que Andrés “N” saciaba su hambre con algunas de las partes de las mujeres asesinadas, de quienes conservaba su ropa, calzado, maquillaje y carteras.
REYNA, LA ÚLTIMA
Sobre Reyna González, se sabe que era casada y que fue reportada como desaparecida después que no regresara a su casa por varios días, motivo por el que emitieron una Cédula Odisea que, a diferencia de la Alerta Amber, se usa para buscar a personas mayores de edad.
Todo parece indicar que a Reyna y Andrés “N” los unía una relación de amistad, al menos así lo creía la víctima y por eso habría acudido a su casa para tratar sobre asuntos laborales. Pero, solo encontró la muerte y fue gracias a su esposo Bruno Ángel que se pudo conocer todo lo que se escondía al interior del macabro domicilio, que terminó convirtiéndose en la última morada de más mujeres. ¿De cuántas? Solo el tiempo y las investigaciones lo determinarán con certeza.
Y aunque por estos días la policía mexicana continúa investigando las libretas que contienen varios nombres y algunos videos, Andrés “N” ya se encuentra en el Centro Penitenciario y de Reinserción Social de Tlalnepantla, a la espera de que la Fiscalía General de Justicia del Estado de México defina su situación jurídica.