Hace 70 años, los habitantes de dos pequeños pueblos de la provincia de Tirol del Sur, en Italia, tuvieron que abandonar sus viviendas para siempre. En 1939, el estado italiano concedió las tierras a la empresa Montecatini para construir una presa en el lugar. Para lograr su objetivo, la hidroeléctrica debía unificar los lagos de las poblaciones de Curon y Resia, separados por una franja de tierra. En consecuencia, se formó el lago Resia, que terminó inundando ambas localidades.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el proyecto se paralizó. Un año después de finalizado el conflicto, la empresa lo retomó. Curon y Resia, cuya construcción se remonta al siglo XIV, se situaban en las orillas de ambos lagos y, con la subida de 22 metros del nivel del agua, ambas localidades quedaron inundadas para el año 1950, señala la BBC.
Poco tiempo después, el proyecto de la Montecatini se abandonó para apostar por otras formas de obtener energía, pero el pueblo ya había quedado sumergido y no había forma de volver a habitarlo.
Desde entonces, las dos poblaciones se reconstruyeron en una zona más alta con vistas al lago bajo el que se encontraban sus pueblos natales. Muchas fueron las familias que se negaron a irse más lejos, por lo que crearon nuevos hogares en la misma orilla y, durante varios años, lo único que quedó de Curon fue el campanario de la iglesia del pueblo, visible debido a su altura.
Hace algunas semanas, el agua empezó a ser drenada para reparar el embalse y poco a poco fueron apareciendo las ruinas de las 160 casas de Curon en las que vivían alrededor de 900 personas antes de la construcción de la presa. El hecho llamó la atención de los visitantes que llegaban al lugar y compartieron imágenes del suceso.
Sin embargo, parece ser cuestión de tiempo para que la ciudad vuelva a desaparecer pues la compañía hidroeléctrica ha comenzado a retornar el agua al lago. Por lo tanto, Curon debería volver a desaparecer con el paso del tiempo.
Cabe agregar que, antes de llegar al lugar, los visitantes pueden acercarse a las fábricas de chocolate y de queso que se encuentran de camino, además de alojarse en los pequeños hoteles de la zona y visitar otras atracciones históricas cercanas. Otro de los atractivos del lugar es la serie de Netflix que lleva el nombre del pueblo. La producción, con una trama de misterio paranormal, trata sobre una mujer que vuelve a Curon con sus dos hijos. Tras ello, vive una seria de sucesos inexplicables.