El amor de una madre es único e inmenso. Esto lo sabe muy bien Ada Keating, una mujer de 98 años que no dudó en ningún momento en mudarse a un geriátrico de Liverpool, Inglaterra, para cuidar de su hijo Tom, de 80. Su historia fue publicada en Facebook y otras redes sociales, en donde no tardó en volverse viral y conmover a miles de usuarios.
Sucede que el hombre necesita de cuidados especiales y mucha atención, lo que su madre no le podía dar estando en casa. Por eso, ingresó a la residencia en la que el anciano vive, según informa Liverpool Echo.
"No importa la edad, nunca dejas de ser madre", dice orgullosa Ada. "Todos los días voy a la habitación de Tom a darle los buenos días y las buenas noches. Cuando salgo a la peluquería, él está pendiente de mi regreso y cuando vuelvo me recibe siempre con los brazos abiertos para darme un abrazo", agrega.
Tom, por su parte, está encantado de tener a su madre como vecina. "Estoy feliz de ver a mi madre todos los días ahora que ella vive aquí. Ella es muy buena cuidando de mí". A pesar de su avanzada edad, Ada todavía le llama la atención cuando lo cree necesario. "A veces ella me dice ‘¡Compórtate!’".
Ada y Harry, su difunto esposo. tuvieron cuatro hijos: Tom, Barbara, Margi y Janet, que murió cuando tenía 13 años. Debi Higham, nieta de Ada, y otros miembros de la familia visitan a Tom y Ada a menudo y dicen que la familia está feliz de que ambos puedan volver a estar juntos.
“Es muy conmovedor ver la estrecha relación que tiene Tom y Ada, y estamos muy contentos de haber podido satisfacer sus necesidades”, explica Philip Daniels, uno de los trabajadores de la residencia.
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