Los inspectores de la Real Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales (RSPCA) de Australia notificaron a las autoridades de Queensland, en reiteradas ocasiones, que James McKenzie y Megan Price cometían crueldad animal hacia Roo y Ula, dos cachorros de raza Bull Arab. Esta es la historia viral de cómo la mala alimentación que una pareja vegana le daba a sus mascotas acabó provocándoles un cuadro de desnutrición grave y la posterior muerte de uno de estos indefensos animales.
Duran las visitas descubrieron que Roo presentaba bajo peso, no podía ponerse de pie y tenía ampollas en el estómago a causa de un yeso casero que elaboró la pareja para curarle una lesión en la pata y que el cachorro frotó contra su piel. Las autoridades descubrieron que ambos perritos eran alimentados con garbanzos, quinua, arroz y grano, llevándolos a una desnutrición crónica.
James McKenzie y Megan Price afirmaron que se les había terminado la comida para perros y no tenían dinero para comprar más y ni mucho menos para llevara las mascotas al veterinario. En una anterior oportunidad, la pareja le mintió a la RSPCA afirmando que ambos canes habían muerto.
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Los cachorros Roo y Ula son de raza bull arab, un tipo de perro desarrollado en Australia y que ayudan en la caza de cerdos. Integrantes de la Sociedad de Prevención de la Crueldad Animal registraron la casa y se percataron que no había comida para perros ni productos cárnicos en la propiedad. “Usted come animales asesinados, nunca será como nosotros, somos veganos y amamos a los animales”, increpó McKenzie a un inspector de la RSPCA en el preciso momento en que incautaba a los cachorros.
Según informó ABC de Australia, los perritos fueron examinados y se les halló graves deficiencias de calcio y malnutrición. Roo y Ula fueron sometidos a un tratamiento de emergencia, pues los veterinarios aseguraron que tres meses de dieta inapropiada habían provocado un desequilibrio nutricional grave.
Las autoridades el estado australiano de Queensland prohibieron a James McKenzie y Megan Price poseer mascotas durante tres años y han sido obligados a pagar una multa de 7 mil dólares estadounidenses, tras descubrirse las pésimas condiciones alimentarias que le dieron a sus mascotas.
Así, la historia viral de maltrato animal a causa de una terrible dieta llegó a su fin con una triste noticia. Mientras que Ula se recuperó y fue adoptada, Roo no corrió con la misma suerte. El perrito no pudo combatir la desnutrición crónica y los veterinarios aconsejaron que sea sacrificado pues iba a sufrir dolor en todo su cuerpo el resto de su vida.