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Una madre en Colorado, Estados Unidos (EE.UU.), fue denunciada por la muerte de su niña de siete años, luego que asegurara que su hija había sido diagnosticada con una enfermedad terminal, pero todo era mentira. La historia es viral entre los usuarios de Facebook.
Acusada por la Justicia de EEUU esta semana, Kelly Renee Turner, de 41 años, o también conocida como Kelly Gant, fue denunciada de 13 delitos criminales, entre ellos: abuso infantil, robo y fraude caritativo sobre la muerte de su hija Olivia Gant en el año 2017.
Cuando los doctores afirmaron que Olivia iba a morir y su madre publicitó una lista con los últimos deseos de la niña, ignoraban que su salud se había arruinado no por las enfermedades, que no existían, sino por los tratamientos médicos que su madre inducía.
Gant sacó provecho de la atención que recibió de parte de los médicos, medios de comunicación y organizaciones que siguieron las historias y, en algunos casos incluso donaron dinero a través del sitio web GoFundMe para los cuidados médicos que supuestamente requería Olivia, consiguió cerca de 20.000 dólares.
Organizaciones benéficas también hicieron su donación, la fundación Make-A-Wish pagó cerca de 11.000 dólares por una fiesta de disfraces para Olivia. Incluso la Policía y Bomberos de la ciudad de Denver la dejaron viajar dentro de una patrulla y un carro de bomberos para ayudarla a cumplir su lista sueños.
Aunque las enfermedades eran imaginarias, Olivia, en efecto, se estaba muriendo, pero a causa de los procedimientos médicos invasivos y exagerados a los que su madre lograba someterla engañando a los doctores, según las acusaciones en su contra.
Turner fue arrestada esta semana en un hotel de la ciudad de Denver y retenida sin fianza, informó la Oficina del alguacil del Condado de Douglas. No está claro si tiene un abogado que pueda hablar en su nombre, reportó la agencia AP.
La causa real de la muerte de la pequeña Olivia no fue del todo clara. En un principio se atribuyó a una insuficiencia intestinal severa, según la acusación publicada por el medio local KUSA-TV.
Su cuerpo fue exhumado el año pasado, y una autopsia no encontró evidencia física de esa enfermedad u otras afecciones que Turner afirmó que sufría la niña, incluido el trastorno convulsivo y la acumulación de líquido en las cavidades profundas del cerebro. La causa de muerte de Olivia ahora aparece como indeterminada.
Un médico dijo a los investigadores que Turner quería quitarle toda la atención médica y la alimentación artificial a su hija, porque su calidad de vida era muy mala. E insistió en que el médico firmara una orden de "no resurrección" para su hija.
Los médicos dijeron que Olivia no podría sobrevivir con nutrición intravenosa, y a Turner se le dio la opción de llevarla a su casa para recibir cuidados paliativos, según la acusación. Olivia murió unas semanas después.
Varios médicos entrevistados dijeron que Olivia no tenía una enfermedad terminal. La niña comenzó a recibir tratamiento en el hospital en 2013 después de mudarse de Texas, donde se quedó el esposo de Turner.