Iniciaba un nuevo día en la cafetería Alibabar en Pistoya, en la Toscana (Italia). El pastelero del local tenía todo listo para iniciar la jornada. A pesar que aún no había salido el sol, él ya tenía horneado el pan. Eran tres bandejas, las dos primeras las colocó dentro de una canasta de plástico cerrada en una mesa frente a la entrada, mientras que la tercera la colocó encima. Todo esto ante la mirada del ladrón que se convirtió en protagonista de esta historia viral.
El pastelero no sabía que, a escondidas, alguien seguía cada uno de sus movimientos. Cuando el aroma a café invadió todo el local, el hombre volvió a la mesa y notó que la bandeja de panes había desaparecido. “Nos enfadamos un poco por el robo”, contó Maurizio Milani, dueño del bar que abrió en plena crisis de la pandemia de coronavirus.
El robo les complicó la mañana, sin embargo al día siguiente todos se sorprendieron pues vieron como dentro de la caja de plástico, habían colocado una nota. Un papel que alguien había guardado allí, sin que nadie lo viera.
“Hola, perdón, la otra mañana tenía hambre y no tenía dinero”, se pudo leer en la hoja que estaba acompañada con un billete de 10 euros. Era el dinero equivalente a los panes robados la mañana anterior. Milani decidió compartir la imagen en redes sociales y rápidamente se volvió viral.
“La otra mañana nuestro pastelero había dejado fuera de la canasta cerrado donde suele poner las masas, una bandeja de brioches. Cuando volvimos, no estaba. ¿Alguien lo había robado? Encontramos esta nota la mañana siguiente. Esta es la situación que vive Italia hoy... Gente obligada a robar por hambre, y volver con dignidad a pagar la deuda. Tristeza infinita”.
Se unen para buscar al ladrón arrepentido
La nota se difundió velozmente en toda la Toscana. Diarios y medios digiales hicieron eco de la misma. “El mensaje es anónimo, pero desde el bar hacemos un llamamiento: para ti hemos preparado una oferta de trabajo como ayudante de pastelero, ven a visitarnos al bar”, comentó el otro gerente de Alibabar, Marco Bartoletti al diario Repubblica.
La búsqueda del ladrón arrepentido sumó también a otros locales, como la cadena de Caffe Valiani Bellagio y De Gustifood de Sant’ Agostino y Agliana, con el fin de encontrar al hombre que robó por necesidad de alimentarse y alimentar, probablemente, a sus hijos.
“Son cosas que pasan, pero ¿cómo puedes permanecer indiferente? Cualquiera que trabaje en una panadería sabe que es cuestión de madrugar, de no tener horarios. Es un trabajo difícil, que muchos descartan y por eso tenemos dificultades para encontrar personal calificado. Pero, más allá de la formación, lo que se necesita es buena voluntad y me gustaría dar una oportunidad a quienes más la necesitan”.
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