Un joven inglés de 28 años que fue declarado por los médicos con muerte cerebral tras recibir un duro golpe en una noche de fiesta se despertó justo cuando iba a ser desconectado de la máquina que le mantenía con vida. Su familia ya se había a resignado a la peor de las noticias tras varios meses de angustiante espera y hasta habían pensado en otorgar la autorización para donar sus órganos. Esta es la historia que se ha hecho viral en las redes sociales.
James Howard-Jones, de 28 años, sigue gravemente discapacitado mental y físicamente y necesitará atención por el resto de su vida, escuchó el Tribunal de la Corona de la localidad de Gloucester, Inglaterra.
Su atacante, Ben Davies, de 24 años, de Cheltenham, admitió haber infligido graves daños corporales sin intención y fue encarcelado durante dos años y cuatro meses.
James recibió un puñetazo de Ben el 24 de abril del año pasado en una calle de Cheltenham durante una noche de fiesta, le dijeron al tribunal. Cayó hacia atrás y se golpeó la cabeza, sufriendo una lesión que le cambió la vida y casi lo mata.
Fue llevado al hospital donde permaneció inconsciente durante varias semanas, en las cuales tuvo varias operaciones de emergencia. Según el MailOnline, el juez Martin Picton le dijo a Davies: “Ha destruido la vida y las esperanzas del señor Howard-Jones, un joven en la flor de la vida con todo por lo que vivir”.
“Al mismo tiempo, rompiste los corazones de su familia y amigos. El daño que has causado es devastador y de por vida para todos los afectados por tu acto delictivo”.
DESPIERTA ANTES DE SER DESCONECTADO
Mientras la familia de James estaba considerando una solicitud para extraer sus órganos para trasplante, recuperó el conocimiento, dijo el fiscal. Sin embargo, su condición lo ha dejado física y mentalmente discapacitado.
De ser un joven atleta sano y en forma capaz de competir en una carrera de 100 km, se convirtió en alguien que requerirá atención por el resto de su vida, dijo el fiscal Jack Berry.
“James ahora tiene una discapacidad permanente en prácticamente todos los aspectos de su vida”, agregó. “Tiene una idea de su condición: sabe y puede apreciar todo lo que ha perdido y, como consecuencia, es comprensiblemente sujeto a una depresión severa”.
Su padre, Neil Howard-Jones, le dijo al juez: “Dentro de las primeras semanas, los médicos que trataban a James nos dijeron que tenía muerte cerebral y que lo más amable que podíamos hacer era dejarlo morir”.
“Me hicieron preguntas que a ningún padre se le debería hacer nunca, como dejar que sus órganos sean sustraídos. Estuvimos de acuerdo en que esto debería hacerse y se estaban haciendo arreglos para la donación de órganos. Acordamos que esto debería retrasarse una semana para que la familia y los amigos pudieran despedirse de James. El estrés de esto fue enorme”, contó.
“Increíblemente, a pesar de lo que nos dijeron los expertos, James recuperó la conciencia. Inicialmente, solo podía hacer contacto visual y no podía moverse ni hablar. Poco a poco, la condición de James mejoró hasta el punto en que pudo ser trasladado a un centro de rehabilitación. Sin embargo, tuvo que regresar al hospital en varias ocasiones debido a una serie de convulsiones. No sabíamos si sobreviviría o no”, indicó.
“En este momento necesita ayuda para levantarse de la cama para ir al baño. Puede usar una silla de ruedas, que solo puede usar durante un número de horas cada día debido a su fatiga. No nos hacemos ilusiones de que el daño cerebral de James es a largo plazo y requerirá un nivel de cuidado por el resto de su vida”.
Continuó diciendo que la condición de su hijo ha tenido un impacto significativo en su familia y amigos y que su movilidad estaba muy limitada debido a su agotamiento. Está usando barras paralelas para aumentar su fuerza y comenzar a caminar de nuevo. La declaración del padre devastado concluyó: “En general, el futuro de mi hijo se ve bastante sombrío”.