Antes del día de la boda, la mayoría de novias solo muestran su vestido a unas cuantas personas seleccionadas. Y es que se trata de un proceso importante, sobre todo para las mujeres. Este es el caso de Bethany Boykin, una ciudadana estadounidense de Wilson, Carolina del Norte, que tenía muy en claro que la primera mirada que quería sobre su traje era la de su abuela.
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Por ello, se puso en contacto con una amiga fotógrafa suya que sería la encargada de capturar el momento en que Dot Beaman, la abuela, ve por primera vez a su nieta con su vestido de novia. Lamentablemente, Honey, sobrenombre de la mujer de la tercera edad, sufrió un derrame cerebral en julio y la boda de Bethany no era hasta noviembre. Ella sabía que no había tiempo que perder.
“Dejé inmediatamente todo lo que estaba haciendo y lo hice funcionar”, dijo Taylor Dail, propietaria de Taylor Dail Photography y amiga de Boykin, en conversación con la cadena WITN. Aunque fue un proceso un poco complicado por el tiempo, se pudo concretar el encuentro entre la novia y su abuela. “No había ojos secos en la habitación, ni siquiera yo”, dijo la fotógrafa.
“Cuando abrió los ojos, la primera foto que Taylor tomó fue de ella, y dijo ‘es tan hermosa’”, dijo Boykin. “Ella me decía lo hermosa que era y se alegraba”.
“De mis 25 años, ese es mi recuerdo favorito que tendré en general, especialmente con ella”, agregó. “Cuando mis hijos crezcan, podrán mirar hacia atrás y ver el aprecio que tenía por mi abuela y, con suerte, mis hijos sentirán el mismo aprecio por su abuela”.
Honey falleció ocho días después de que se tomaron las fotos.
“Cuando comenzaba la ceremonia, un pato se acercó a la glorieta donde estábamos, y tan pronto como la ceremonia realmente comenzó o terminó, el pato se fue”, dijo Boykin. “Así que siento que ella estaba realmente allí. Solo había pequeñas señales de que ella estuviera allí“.