Juan Manuel Ballestero decidió que si quería ver a su familia, tendría que atravesar el Atlántico. (Foto: skuanavega / Instagram)
Juan Manuel Ballestero decidió que si quería ver a su familia, tendría que atravesar el Atlántico. (Foto: skuanavega / Instagram)
Redacción Mag

Un hombre de nacionalidad argentina se embarcó en un viaje de casi tres meses en un bote para ver a su familia, especialmente a su padre de 90 años, luego de que estallara la pandemia del coronavirus y con ello el cierre de las fronteras aéreas.

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De acuerdo a People, Juan Manuel Ballestero se encontraba en Porto Santo, Portugal, cuando Argentina decidió cancelar todos los vuelos internacionales como parte de las medidas tomadas por el país sudaméricano para evitar la propagación del .

Ballestero se dio cuenta que si quería ver a su padre, tendría que atravesar el Océano Atlántico. Es así que se embarcó en un viaje de 85 días, completamente solo, en su barco Skua.

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No quería quedarme como un cobarde en una isla donde no había ningún caso”, contó Juan Manuel al Times. “Quería hacer todo lo posible por retornar a casa. Lo más importante para mí es estar con mi familia”, agregó.

Ballestero no logró llegar al cumpleaños número 90 de su papá, pero sí arribó a Argentina el Día del Padre. Sin embargo, su aventura oceánica mantuvo en vilo a sus familiares.

La incertidumbre de no saber dónde estaba por casi 50 días fue muy duro”, reconoció su padre Carlos Alberto Ballestero. “Pero no teníamos ninguna duda de que todo iba a salir bien”, anotó.

Un viaje con desafíos en cada puerto

El viaje no fue nada sencillo para Juan Manuel, quien tuvo que sortear algunas situaciones. El 12 de abril, por ejemplo, las autoridades de Cabo Verde le impidieron desembarcar para reabastecerse. Tuvo que buscar otro puerto, aunque tenía poco combustible por lo que tuvo que confiar en los vientos para movilizarse.

Asimismo, en Brasil tuvo otro inconveniente al verse obligado por las olas a detenerse en Vitória. Su parada imprevista sumó 10 días a su viaje.

El estar solo en altamar puede ser una experiencia formidable. Juan Manuel halló en la vida mariana - como los delfines - una tranquilidad que se convirtió en una señal de que debía seguir su camino hasta llegar a Argentina.

Además, escuchaba todos los días algunas noticias en la radio sobre la situación del coronavirus.

Al llegar a Mar del Plata, el 17 de junio, Juan Manuel tuvo primero que ser sometido a una prueba a fin de comprobar que no hubiese contraído la enfermedad. Después de 72 horas, dio negativo a COVID-19 y finalmente pudo reunirse con su familia.

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