¡Una historia conmovedora! Una joven veterinaria le ha dado a un lorito una mejor condición de vida. El caso de Wei Wei es bastante común, pero poco se habla del tema. Este periquito de mejillas verdes sufrió un brutal corte de alas para evitar que se fuera volando y así se mantuviera domesticado. Sin embargo, este procedimiento casero ocasionó severos daños en su salud, pues no podía mantenerse en pie y mucho menos volar.
La doctora en animales Catherine Apuli, de ‘The Unusual Pet Vets’ de Australia, fue la encargada de hacer el trasplante de plumas de Wei Wei. “El pájaro tenía un corte de ala severo, lo que significa que las plumas de vuelo se cortaron demasiado y se cortaron demasiadas plumas”, manifestó la doctora Apuli.
Como resultado de este cruel procedimiento, el pájaro sufría fuertes caídas al suelo, lo que ocasionaba que sus patas se lastimaran y no pudiera mantenerse parado. “Las plumas de vuelo primarias, las plumas grandes en los extremos de las alas, que han sido traumatizadas pueden provocar dolor, sangrado, comportamiento agresivos no deseados”, dijo al periódico británico ‘Daily Mail’.
Tras llegar el ave al centro especializado de ‘animales inusuales’, la veterinaria, de 31 años, determinó que debía realizar una implantación de alas para que pudiera volver a volar. Es así como, luego de recibir una donación de plumas pudo ensamblarlas en las alas de Wei Wei, que se encontraba anestesiado.
“Las plumas fueron donadas a la clínica, cada una fue limpiada, esterilizada y secada antes de la preparación. Luego se colocó al ave bajo un anestésico ligero para garantizar que no se moviera mientras las plumas se colocaban correctamente”, explicó la especialista.
Tras el término del trasplante de plumas, Wei Wei fue colocado un par de horas dentro de una habitación climatizada de la clínica para que se recupere. Posteriormente, fue alentado a que vuele. “Voló muy bien después de algunos intentos y parecía muy emocionado de poder volar de repente”, expresó la veterinaria.
Ahora que Wei Wei ha aprendido a volar, puede aterrizar y maniobrar sin problemas por el aire, ya no se lastima y se encuentra bien de salud. No cabe duda, que aún existe gente buena en el mundo, como Catherine, que sabe respetar la vida de los animales.
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