A sus 93 años, John Starbrook, apodado “La Leyenda”, ha cautivado al mundo con su increíble energía y dedicación al fitness. Con un impresionante historial de 52 maratones completados y una rutina de gimnasio seis días a la semana, su vitalidad parece desafiar cualquier expectativa convencional de envejecimiento. Su increíble caso, además de generar asombro entre los usuarios de las redes, viene inspirando a personas de todas las edades a reconsiderar los límites de lo que es posible. Si esta historia es de tu interés, puede que también sea de tu agrado el testimonio de una mujer que celebró su cumpleaños 103 de una forma muy particular, subido por mi colega Marcelo López. Por otra parte, aquí tienes el relato de una adulta mayor que dio a conocer sus mayores arrepentimientos, publicado por mi compañero Cristhian Zamudio.
“Las clases de spinning me mantienen en movimiento”, reveló el británico en una entrevista con el medio The Guardian. “Y luego, alrededor de las 4 o 5 de la tarde, vuelvo a trabajar en la parte superior de mi cuerpo”.
Su pasión por la natación se remonta a casi ocho décadas, desde sus días como adolescente hasta su servicio en el cuerpo médico del ejército.
Para celebrar su cumpleaños 80, desafió las aguas del golfo de Corryvreckan, nadando una milla entre las islas escocesas de Jura y Scarba, una hazaña que aún repite tres veces por semana, combinada con partidos de waterpolo.
A la edad de 53 años, Starbrook inició su su pasión por el running, logrando un notable tiempo personal de 4 horas y 14 minutos en un maratón en el norte de Gales a principios de siglo.
Incluso a sus 88 años, siguió exigiéndose al máximo habiendo completado su última carrera de 26,2 millas en 2019.
La clave de su éxito: dieta equilibrada y sin excesos
Destacando en el Maratón de Londres Virgin Money de 2018 como el finalista de mayor edad, con 87 años, este ex repartidor de huevos dejó su huella al quedarse en primer lugar en su grupo de edad, con un tiempo de 8 horas, 21 minutos y 44 segundos.
Starbrook atribuye su éxito a la combinación de una vida sin hábitos nocivos, una dieta equilibrada y una actitud positiva hacia la vida. “No hago nada especial”, admite, aunque reconoce que nunca ha fumado ni bebido en exceso, prefiriendo una dieta simple pero nutritiva.
A pesar de algunos desafíos de salud, como artritis en una rodilla y latidos cardíacos irregulares, Starbrook no permite que nada lo detenga, llevando una filosofía de vida relajada. “Nunca me he preocupado por nada”, aseguró.
“Pensé que seguiría hasta los 70 años”, agregó. “Cuando era más joven pensaba: ‘Me pregunto si todavía estaré vivo en el año 2000′. Eso fue en 1945. De todos modos, no llegaré a 3000″.
Como consejo para sus compañeros de edad, el británico recomienda comenzar con ejercicios suaves como trotar una o dos millas y caminar según sea necesario, utilizando el tiempo libre para mantenerse físicamente activo sin exagerar.
“Mucha gente parece pensar que cuando llegan a los 50, son ‘viejos’”, señaló tiempo atrás. “Escucho eso y no sé de qué están hablando”.