Lori L. y George A. Schappell se convirtieron en los siameses más famosos del mundo y, debido a su condición, los médicos pronosticaron 30 años de vida. Los hermanos, sin embargo, demostraron lo contrario y se sobrepusieron a todo tipo de adversidades. Lamentablemente, los Guinness World Records (GWR) confirmaron que ellos fallecieron hace unos días y aquí te contamos los detalles de su historia.
Los gemelos unidos es un fenómeno poco común que ocurre una vez cada 50 a 60 mil nacimientos. Lori L. y George A. Schappell, quienes nacieron el 18 de septiembre de 1961 en West Reading, Pennsylvania, pueden dar fe de ello.
Los hermanos estaban unidos por el cráneo, aunque tenían cerebros distintos y compartían vasos sanguíneos. Debido a que George tenía espina bífida y era 4 pulgadas más bajo, George tuvo que llevarlo en un taburete con ruedas adaptable.
“No pensaron que llegaríamos a los 30″
Pese a que eran gemelos craneópagos, ambos trataron de vivir lo más “independiente posible”, según se lee en su obituario publicado por la funeraria Leibensperger de Hamburgo. Después de graduarse en una escuela secundaria pública, ingresaron a la universidad.
Lori se destacó como “una jugadora de bolos ganadora de trofeos”, mientras que George siguió se convirtió en cantante de country hasta llegó a ofrecer algunas participaciones en el 2007.
Lori incluso se comprometió cuando era joven, pero su novio falleció en un accidente automovilístico, de acuerdo con medios locales.
“Cuando nacimos, los médicos no pensaban que llegaríamos a los 30, pero les demostramos que estaban equivocados”, dijo Lori en una entrevista cuando cumplieron 50 años, según The Philadelphia Inquirer.
Con los años, los gemelos siameses se convirtieron en célebres personajes y los Guinness World Records (GWR) declararon que son los siameses gemelos más longevos del mundo.
Lamentablemente, los hermanos fallecieron a los 62 años el pasado 7 de abril en el Hospital de la Universidad de Pennsylvania, aunque no se detalló la causa de muerte. En un documental emitido en el año 1997, dijeron que tenían diferentes horarios para ir al baño y descartaron la idea de separación.
“¿Por qué arreglar lo que no está roto?”, confesó George.
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