Una historia digna de contar. Querían conocer sus orígenes y llegaron hasta el Perú. Veintidós años después de ser dadas en adopción, las mellizas Eva y Johanna viajaron desde Alemania para conocer por primera vez a su madre biológica, en lo que fue un emotivo reencuentro y muy especial. Esta es su emotiva historia.
MIRA: Policía de EEUU arresta a un niño por orinar en la calle y ahora investigan si fue racismo
Volviendo al Perú
Según un reportaje publicado hace varios años por el programa dominical peruano Panorama, las hermanas fueron adoptadas por una familia en Alemania cuando sólo tenían dos meses.
Martina Aguilar Condori descubrió años después que tenía hermanos adoptados por familias diferentes. Su madre, Eusebia Condori, tomó esta difícil decisión porque no tenía suficiente dinero para mantener a sus dos hijas pequeñas.
“Cuando yo me enteré, me enojé mucho porque yo no sabía que mi mamá los había dado en adopción. Yo soy la mayor de todos y me enojé bastante con ella”, recordó Martina.
El milagro del ‘buscapersonas’
Tras enterarse del hecho, la mujer decidió iniciar la búsqueda de sus familiares. Así, contactó a David Nostas, un conocido ‘buscapersonas’ que lleva más de 30 años reencontrando familias que, por algún u otro motivo, se separaron y no se volvieron a ver.
Luego de varios meses, fue posible contactar a las mellizas, quienes no tuvieron problema alguno en venir a Perú para conocer a su familia biológica.
El primero paso fue ir a Pachacútec, en Lima, para reunirse con Martina, su hermana mayor. Ellas protagonizaron un emotivo reencuentro en el que no faltaron las lágrimas.
Lo siguiente era dirigirse a Siusay, una localidad ubicada a tres horas de Abancay, en el departamento de Apurímac. El objetivo: reencontrarse con Eusebia, la madre.
El ansiado reencuentro
“Yo voy a decirle a mamá que no estoy molesta con ella. Pienso que, si no lo hubiera hecho, tal vez hasta habríamos muerto. Es una madre fuerte por la decisión que tomó y con eso nos rescató”, dijo Eva, horas antes de conocer a la mujer que la trajo a este mundo.
Eusebia solo habla quechua, mientras que Eva y Johanna alemán e inglés; sin embargo, no fue necesario compartir el mismo idioma para entenderse y compartir un largo abrazo que hizo emocionar a todos los presentes.
Tras el reencuentro, la madre llevó a sus hijas hasta su humilde vivienda, en donde les presentó a sus otros hijos y a sus nietos.
Eusebia se despidió de sus mellizas cantándoles y trenzando su cabello, cosa que nunca pudo hacer cuando eran niñas.
ATENCIÓN: Esta historia fue publicado originalmente el 27/10/2022.