Un joven británico ha logrado ingresar a una universidad con una alta calificación, a pesar de no saber leer ni escribir.
Oliver Chadwick, de 18 años y oriundo de la ciudad de Bath, es diléxico, pero obtuvo puras notas ‘A’ en sus exámenes. Ahora, se prepara para cursar la carrera de Ingeniería Matemática en la Universidad de Bristol.
“Mi dislexia me afecta bastante, pero también sorprendentemente poco si lo piensas”, señaló el estudiante, según consigna el medio local Wales Online. “Cuando la gente escucha que no puedes leer ni escribir, piensan que no puedes hacer nada, pero realmente solo me afecta en el día a día cuando no puedo leer cosas como letreros”.
Sophie, madre de Oliver, habló sobre la vez que se dio cuenta sobre la afección de Oliver: “Cuando comenzó la escuela, era una broma corriente en la mesa todas las noches que le preguntáramos a Oliver qué había almorzado ese día porque siempre decía ‘papas y frijoles’. Pensamos que era solo porque realmente le gustaba, pero en realidad era porque no podía leer el menú y eso era algo que sabía que tenían todos los días”.
“Incluso ahora, no puede leer los menús, pero se ha vuelto mucho mejor para adivinar de qué se tratan los letreros”, agregó.
Cuando Oliver comenzó a presentar problemas con su alfabetización, a Sophie le dijeron que “la recuperaría eventualmente”.
“Sabía que algo no era normal, pero pasaron mucho tiempo diciéndome que los niños a menudo eran un poco más lentos para aprender que las niñas. Mientras que a otros les puede tomar una hora hacer su tarea, a Oliver le podría tomar 20 veces más de tiempo”, recordó.
A pesar de someterse a terapias, el joven no progresaba. Por ello, su madre habló con dos expertos que se dedicaron a trabajar directamente con él. Sophie recuerda que estos le dijeron que su hijo era la persona con “mayor dislexia que habían conocido”.
Logró avanzar a pesar de las dificultades
La secundaria llegó y Oliver decidió dejar atrás sus terapias puesto que no había avances; sin embargo, decidió concentrarse en sus fortalezas y logró aprobar materias escuchando las lecciones de sus maestros.
Con la ayuda de profesores especializados y un software de computadora que le permite leer palabras en la pantalla, el joven logró seguir avanzando en sus estudios.
A pesar de ser disléxico, no tiene dificultad para entender los números, materia que se ha convertido en su preferida. “Elegí matemáticas porque es algo que puedo hacer principalmente solo y eso me hace sentir más independiente”, explicó.
Para sus exámenes, Oliver contaba con una habitación propia, en donde dictaba sus respuestas a un escriba.
Aunque sabía que estaba en desventaja frente a sus compañeros, Oliver se mantuvo sereno y se dedicó a estudiar de la forma que él lo sabe hacer. “No tiene sentido estresarse. Siempre me siento bastante frío porque siempre puede haber algo que hayas olvidado, pero debes aceptarlo y seguir adelante”, expresó.
“De hecho, mi madre quería enviarme a una escuela especializada en dislexia en Gloucester, pero yo no quería ir. Quería quedarme en Ralph Allen y sabía que allí podía hacer mis exámenes de nivel A”, añadió.
Tal parece que su actitud positiva tuvo el efecto esperado, pues ha superado todos los obstáculos educativos que ha tenido en frente.
“Gran parte de su éxito se debe a que es increíblemente trabajador y a su decisión de no permitir que su dislexia lo limite”, dijo su madre. “En cada etapa de la educación de Oliver, ha habido nuevos desafíos, pero los ha superado todos. Siempre ha tenido muchos detractores, pero siempre ha demostrado que estaban equivocados”.
Ahora, el joven se prepara para iniciar su vida universitaria en la Universidad de Bristol, donde recibirá apoyo de un mentor de posgrado y un compañero que estará en su clase.
Los retos parecen no ser suficiente para Oliver, pues también espera formar parte del club de rugby y de remo. “No sé si tendré tiempo para ambos”, señaló. “Pero voy a intentarlo”.