Manel Muñoz, conocido artísticamente como Manel De Aguas, es un artista cyborg español y activista de transespecies radicado en Barcelona que se convirtió en principal tema de conversación en más de una red social por desarrollar e implantar dos aletas sensoriales del clima en su cabeza. Si bien asegura que no se trata de ningún accesorio sino de una parte de su cuerpo, de lo que sí puede dar fe es de la intolerancia tanto de la gente en Internet como en el mundo real. Este es el relato de la historia de vida de un transespecie.
Situaciones de rechazo, discriminación y burlas de todo tipo son el pan de cada día para la gente transespecie, señaló Manel De Aguas, al tiempo que explicó cómo es un día en su vida por el hecho de tener aletas. En diálogo con Playground, el joven español recordó un episodio de su pasado cuando le impidieron ingresar a una catedral por sus aletas en la cabeza, una situación que catalogó como “un poco incómoda”, y no solo por el hecho que la persona que custodiaba la puerta gritaba una y otra vez: “¡Que esto no es Walt Disney! ¡Que esto no es Walt Disney!”.
“Me pidieron con toda la educación que consiguieron reunir, que fue más bien poca, que me tenía que quitar ‘eso de la cabeza’ si quería entrar al recinto. Yo les expliqué que no llevaba nada en la cabeza. Les expliqué que esto son unas aletas cibernéticas para percibir el clima, y que no se trata de ningún accesorio, sino que se trata de un nuevo órgano sensorial que me he añadido y son parte de mi cuerpo. En resumen, les expliqué que yo soy una persona transespecie. Alguien que se ha añadido a su cuerpo nuevos órganos o nuevos sentidos que no son tradicionalmente humanos”, precisó.
Sin embargo, su explicación no terminó de convencer a las personas que le impedían el paso, así que al final se le fue denegada la entrada al recinto. “Parece ser que la Iglesia aún no acoge a gente transespecie. Aunque estén las capillas repletas de ángeles, que al final no dejan de ser humanos con alas, o aunque entre sus valores se encuentre la acogida y la tolerancia”, agregó, recalcando que la gente transespecie es propensa a sufrir este tipo de cosas cuando sus nuevos órganos son visibles como es el caso de sus aletas.
“Hay gente por la calle que se me queda mirando y se ríe de mi aspecto. Otras que me gritan cosas como: ‘¡Fauno! ¡Astérix! ¡Pokémon!’. En la mayoría de las entrevistas de trabajo me descartan de inmediato a la que ven que tengo dos aletas en la cabeza. Como si eso fuera a inhabilitarme a la hora de servir una mesa. ¡Incluso los perros me ladran más ahora que antes!”, remarcó Manel De Aguas, quien dijo que nada de esto se compara a lo que ocurre en Internet ya que, por hacer algo fuera de la norma, tiene una “fila de pseupsicológos de Instagram esperando su turno para diagnosticarte un trastorno de personalidad X o para hablarte de las carencias que habrás sufrido en tu infancia”.
“¿Sabes qué te digo? Que tienen razón. Porque a mí en mi infancia nadie me ha enseñado a criticar al resto por hacer lo que les dé la gana con su vida. Ni me han enseñado a menospreciar la forma en la que se identifica cada cual. A los que comentáis ese tipo de cosas, si me queréis dar una clase podéis llamarme, porque como no me hacen caso en ningún lado tengo mucho tiempo libre”, sentenció, dejando una reflexión para sus detractores de aumentar su “respeto y tolerancia por las diversidades” para que así parezca que tienen “una vida” y no tengan que “meterse” con la de los demás.
TE PUEDE INTERESAR
- Compra un cuadro por 95 dólares en una tienda de antigüedades y descubre que vale 20 mil dólares
- Se convirtió en madre a los 14 años y, dos décadas y 11 hijos después, ahora quiere tener seis más
- Orgullo de hija: Quinceañera homenajea a su padre con sesión de fotos en el basurero donde trabaja
- Matrimonio sin hijos donó un campo valorizado en 1 millón de dólares para ser usado con fines científicos
- Pepper, la perrita rescatada que adoptó a cachorros huérfanos tras perder su propia camada