Una familia alemana vivió una experiencia que, según ellos, fue un milagro durante unas vacaciones que prometían ser inolvidables. Después de perder a su querida perra Mali en una isla remota, lo que comenzó como una búsqueda desesperada se convirtió en una historia de esperanza, perseverancia y un final feliz que nadie esperaba.
El inicio de un drama inesperado
La familia Recinos Ralda había llegado a la isla de Arranmore, en el condado de Donegal, Irlanda, para disfrutar de un mes de vacaciones. Sin embargo, el 16 de agosto, su perra Mali, una Bernese Mountain Dog, desapareció tras soltarse de su correa cerca del faro de la isla. Sarah Recinos Ralda, la dueña de Mali, explicó que la perra se asustó por los fuertes vientos y, a pesar de los incesantes esfuerzos de búsqueda, las esperanzas de encontrarla con vida se desvanecían día tras día.
“Nosotros habíamos subestimado los vientos en el faro y, aunque Mali estaba atada, logró escaparse. Llamarla fue en vano debido al viento. No sabíamos si alguien la había recogido o si había caído por un acantilado; pensamos en todas las posibilidades posibles, pero nunca dejamos de esperar que estuviera viva”, relató Sarah.
Durante dos largas semanas, la familia y los residentes de la isla realizaron múltiples búsquedas, incluso utilizando un dron para inspeccionar las zonas más difíciles de la escarpada costa. Sin embargo, no había señales de Mali, y el silencio sepulcral de la isla solo intensificaba la angustia.
Un giro inesperado en el rescate
Todo cambió la tarde del 31 de agosto cuando Michael Boyle, un navegante local, escuchó un ladrido mientras navegaba alrededor de la isla. A bordo del barco de placer, Michael pidió al capitán, John Paul Baskin, de North West Charters, que detuviera el motor para poder identificar de dónde venían los sonidos.
“Pensé que Michael nos estaba tomando el pelo porque todos sabíamos que Mali estaba desaparecida”, comentó John Paul. “Pero al apagar el motor, pudimos oír los ladridos claramente. Fue difícil verla porque su pelaje negro se camuflaba con los acantilados oscuros, pero la pequeña mancha blanca en su pecho nos permitió localizarla.”
Lo que encontraron fue impactante: Mali estaba atrapada en una estrecha cornisa, con el mar golpeando violentamente 200 pies más abajo. Inmediatamente, John Paul alertó a la Estación de la Guardia Costera de Malin Head, marcando el inicio de una operación de rescate que involucró a varios miembros de la comunidad.
El rescate de Mali: una comunidad unida por la esperanza
En menos de una hora, voluntarios lograron subir a Mali desde el acantilado y, con cuidado, la trasladaron al barco de John Paul, donde su colega Padraig Lawlor se encargó de tranquilizarla. Finalmente, la llevaron a tierra firme para reunirse con Sarah, su esposo David y sus cuatro hijos, quienes aguardaban ansiosos en su casa de vacaciones en Kincasslagh.
“Era terrible pensar en dejar Irlanda sin Mali”, expresó Sarah. “Ya nos quedaban pocos días antes de regresar a Alemania, y la idea de irnos sin ella era insoportable.”
Esa misma noche, a las 10 p.m., la familia se reencontró con Mali, quien, a pesar de haber perdido algo de peso y estar visiblemente hambrienta, se encontraba en buen estado de salud y con un espíritu sorprendentemente alto.
Sarah expresó su profunda gratitud hacia todos los que participaron en la búsqueda y rescate de Mali: “Es increíble. Mali fue encontrada y rescatada de los acantilados bajo el faro por un grupo de personas maravillosas. Agradecemos a Michael Boyle por escuchar sus ladridos y a John Paul Baskin por levantar la alarma.”
Periodista. Estudió Comunicación en la Universidad de Lima. Diez años de experiencia en medios digitales. Actualmente se desempeña como redactor del Núcleo de Audiencias de El Comercio.