Una niña chocando su palma con la dentista. | Imagen referencial: prostooleh / Freepik
Una niña chocando su palma con la dentista. | Imagen referencial: prostooleh / Freepik
Rodolfo Huamán

Para nadie es un secreto que una buena parte de la población tiene miedo al dentista, especialmente los más de la casa. Ellos pueden sentir pavor al de los instrumentos o a la forma de la camilla, así como también las luces que lleva el profesional en su cabeza.

Sin embargo, es vital llevarlo para mantener unos dientes sanos y promover unos hábitos de higiene bucal adecuados. Si no sabes cómo hacerle perder el miedo al dentista, en MAG te compartimos algunos que te serán de mucha ayuda.

Eso sí, antes de ahondar en el tema es preciso dejar algunos puntos como por ejemplo evitar darle una sensación de inseguridad en la consulta o decirle que no crecerán sus dientes si no se revisa con un odontólogo.

Esto solo le puede generar un trauma al pequeño y así sea un poco más difícil que supere el miedo. Sin más preámbulo, aquí te decimos algunos consejos prácticos.

Tips para que tu hijo pierda el miedo al dentista

Te recomendamos tomar apunte en un cuaderno o escribirlo en el bloc de notas de tu celular.

  • Peluche o muñeca. Que cargue su muñeco de apego o muñeca lo hará sentir seguro. Es más, expertos aconsejan que también lo puedes premiar con llevarlo a los juegos después de la consulta.
  • Paciencia. Los padres deben entender que es algo nuevo para tu hijo y la paciencia es clave en este proceso. También puedes decirle qué le dirá el dentista en la consulta y de qué manera responder.
  • Cita de ambientación. Este método se trata de que el niño reconozca el consultorio donde será atendido. De esa forma se sentirá familiarizado y no un completo extraño.
  • Desde temprana edad. Cuanto antes visite tu hijo al dentista, mejor. Esto ayudará a que se familiarice con la consulta dental. ¿Desde qué edad se recomienda? De preferencia, a partir de los 2 años y medio.
  • Relajación. Expertos también aconsejan técnicas de relajación para que tu hijo no sienta miedo de acudir al dentista. Es válido desde una simple respiración profunda como pequeños masajes en el cuerpo.