Hay objetos, utensilios o zonas de la casa que por alguna razón desconocida pasan desapercibidos a la hora de limpiar. Uno de estos son las lámparas, que en muchos casos es difícil alcanzar con los guantes o plumeros. Esto principalmente porque están en el techo y son muy frágiles.
Sin embargo, es necesario hacerlo sobre todo si vas a recibir visitas y eres consciente de la acumulación de polvo en las luminarias. Si no quieres pasar por esta experiencia, en MAG te traemos algunos trucos para que la limpieza sea más sencilla.
Antes de ahondar en el tema te preguntarás si son eficaces para una lámpara de araña, de pergamino o de acero, por lo que no deberás preocuparte ya que te diremos cuál es la mejor opción para cada material.
Trucos para limpiar las lámparas
Si deseas limpiar luminarias de cristal lo ideal es empapar un trapo con un producto específico, o también emplear amoniaco. Tras quitar el polvo y las manchas, lo siguiente será pasar un trapo limpio para darle un brillo único.
Ahora bien, si quieres limpiar una lámpara de araña no es muy difícil como parece pese a la infinidad de piezas en este tipo de luminarias. Se recomienda ponerlo en un rociador y luego pasar un trapo limpio y seco por cada una de las superficies.
En el caso para las lámparas de pergamino, la mejor opción es frotar cada una con miga de pan caliente. Posteriormente, pasar un papel secante y asunto solucionado. Un ‘life hack’ que te sacará de apuros en más de una ocasión.
¿Y si es una lámpara de acero inoxidable? Lo ideal es la mezcla de amoniaco y agua, con ayuda de un pulverizador. Eso sí, se debes dejar secar bien antes de volver a activar la electricidad para evitar accidentes.