Así nunca fallarás. Seguro que más de una vez te has topado con alguna receta que requiere separar la yema de la clara de un huevo. Puede parecer que esta tarea no es para nada difícil, pero es cierto que se nos pueden romper las yemas o colarse algún trozo de cáscara. Por ello, queremos enseñarte unos sencillos trucos caseros para separar las yemas y las claras del huevo sin que se te complique la vida. Toma nota.
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Para separar las yemas de las claras del huevo puedes hacerlo de manera manual o también con la ayuda de utensilios como una botella de plástico que pueden ser muy útiles para realizar esta labor.
Cómo separar las yemas y las claras del huevo
A continuación unos cuantos trucos más para separar las yemas de las claras. Para uno en específico necesitarás una botella de plástico que puedes encontrar en casa:
1. Botella de plástico
Funciona con cualquier botella de plástico que tengas, y con este hack evitarás que la yema caiga por error en el mismo recipiente que las claras, o que acabe en el suelo ensuciando el piso de la cocina.
Primero, asegúrate de que la botella esté bien limpia. Luego, rompe el huevo en un bowl o un plato y presiona la botella con suavidad acercando el cuello sin el tapón hacia la yema. Afloja un poco la presión y verás que la botella absorbe la yema, quedando esta en la botella y la clara en el plato.
2. Espumadera de madera
Lo mismo que hemos hecho antes con la ayuda de una botella de plástico, también podemos separar las yemas y las claras del huevo con una cuchara de madera que tenga agujeros (espumadera).
Primero, rompe el huevo sobre un bowl y rescata después la yema utilizando la espumadera o cuchara sopera de madera. Verás que la clara que quede adherida acabará derramándose hacia el bowl.
3. Usa la cáscara o rómpelo sobre tu mano
Los más expertos conocen este método, ya que es el más usado. Además, es el más fácil, pues solo tienes que romper el huevo sobre tu mano y, con la otra, sujetar el cuenco para dejar caer la clara. Hazlo poco a poco para que la clara se cuele entre tus dedos y la yema se quede en en tu mano.
Finalmente, puedes recurrir al último truco: la cáscara del propio huevo. Para ello, intenta romper el huevo con cuidado para obtener dos mitades con la cáscara lo más parecidas posible. Ve pasando la yema de una mitad a otra de la cáscara hasta que toda la clara caiga en el bowl sobre el que estés trabajando.