Ciudades como Chuquibamba, Caravelí, Cotahuasi y Omate quedaron devastados. A consecuencia del movimiento se produjo una inmensa nube de polvo que cubrió gran parte de la ciudad.
Era enero 13, 10:41 horas de un miércoles, cuando de pronto la tierra comenzó a temblar registrándose un movimiento sísmico de 6.2 grados. La región se recuperaba de otro movimiento telúrico producido dos años atrás.
El terremoto dejó un saldo de 63 personas muertas y centenares de heridos, de los cuales 30 murieron en Chuquibamba. Las localidades de Caravelí, Cotahuasi, Omate, Puquina quedaron destruidas.
En la ciudad muchos edificios antiguos de sillar que tenían grietas, a causa del terremoto de 1958, terminaron destruyéndose. Cuadrillas de trabajadores trabajaron sin descanso para encontrar sobrevivientes entre los escombros.
En las faldas del volcán Misti muchos derrumbes se originaron y específicamente en el sector de Charcani, se produjo un violento deslizamiento de tierras que originó el corte de fluido eléctrico, el mismo que fue repuesto horas después.
Los distritos de Tiabaya, Tingo, Huaranguillo, Tingo Grande, Sachaca, Yanahuara, Paucarpata, Characato, Socabaya, Mollebaya y Hunter resultaron con el 90% de sus viviendas destruidas.
El fuerte movimiento, en su epicentro, alcanzó el grado IX en la escala modificada de Mercalli. Su radio medio de perceptibilidad fue de 750 kilómetros llegándose a sentir en las regiones de Cusco, Apurímac y Ayacucho.