A cualquiera le puede pasar. Probablemente alguna vez en la vida te hayas llevado un lapicero que no te pertenece por error en la cartera. Es relativamente sencillo que ocurra, pues si uno está distraído y con prisa, coge las cosas rápido y no se percata que se lleva un pequeño infiltrado. En España, sin embargo, una mujer se llevó por error algo mucho más grande que un lapicero y su historia se ha hecho popular en países como Estados Unidos (EE.UU.) o México.
De acuerdo a un viral de Facebook una mujer, de nombre Paloma, fue a hacer las compras al supermercado Día en la zona de Retiro, en Madrid, y terminó regresando con un datafono (POS) en la cartera.
“Mi madre ha ido a comprar y con las prisas de meter las cosas en la bolsa se ha metido el datafono del súper y se lo ha traído a casa. Se acaba de dar cuenta”, narró su hijo en un hilo de Twitter.
Qué fue lo que pasó
El País, que recoge la insólita historia, precisa que Paloma fue a su oficina a recoger material que necesitaba para teletrabajar en medio de la cuarentena en España y se dio un salto por el supermercado. La mujer quería pagar con tarjeta pero no pudo debido a que la cajera no encontraba el datafono, también conocido como POS.
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Paloma revisó su carrito de compras por si el aparato estaba allí, pero no lo vio. Debido a la premura, la mujer pagó al contado y se fue. Sin embargo, al llegar a casa se dio con la sorpresa que el datafono sí se había colado entre las compras.
La mujer, quien pidió a su hijo Pablo que no se lo cuente a nadie, ni que lo publique en ningún lado, partió de regreso al establecimiento con el datafono. Según el medio español, la cajera que la había atendido ya se había retirado pero los trabajadores recibieron el POS entre risas.
Ya con el datafono en su sitio, Pablo decidió desobedecerla y contar en Twitter la historia de la ‘palomada’ que se ha convertido en un viral más de 158 mil Me Gustas.
“Se lo ha tomado con humor”, cuenta Pablo, quien confiesa que ese tipo de despistes son bastante usuales en su familia.
“En esta familia somos muy dados a este tipo de cosas. Cuando pasan, nos gusta reírnos de nosotros mismos. En toda la cuarentena (por el coronavirus) no nos había pasado nada especialmente gracioso, así que ya iba tocando”, sostuvo a El País.
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