El amor por la selección de Argentina no conoce de idiomas ni costumbres. En Bangladesh, considerada la otra casa de la Scaloneta y ubicada en el continente asiático, una multitud salió a las calles para celebrar el triunfazo del cuadro celeste y blanco contra México (2-0) por el Mundial Qatar 2022 como si fuese una provincia más.
Una vez que el árbitro italiano Daniele Orsato marcó el final del partido, camisetas argentinas invadieron Daca, capital de Bangladesh. Con el transcurso de las horas, videos sobre el desaforado festejo comenzaron a viralizarse en las redes sociales y aquí te damos todos los detalles.
Locura en Bangladesh
En la previa del cotejo por la segunda jornada, una presentadora de noticias de un canal bangladeshí sorprendió a propios y extraños al llevar puesta en vivo la camiseta alterna de la ‘albiceleste’. Esta ‘mica’ utilizará el cuadro de Lionel Messi el próximo miércoles ante Polonia.
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Bajo esa línea, los habitantes de varias ciudades también dieron muestras de apoyo y colgaron banderas de la nación sudamericana en las terrazas de los edificios. Ahí no acaba la cosa, pues en la Universidad de Daffodil, las autoridades pusieron una pantalla gigante para seguir todas las incidencias del enfrenamiento.
En ese sentido, los fanáticos se subieron al escenario y armaron la fiesta tras los goles argentinos. Por si fuera poco, los ciudadanos de diversas partes de Bangladesh no tuvieron ningún problema para celebrar la victoria durante la madrugada.
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Bangladesh y su amor por Argentina
El fanatismo que existe en territorio asiático por la selección de Argentina está relacionado con los problemas que sufrieron en el pasado cuando formaban parte de una colonia británica
“En plena Segunda Guerra Mundial, las estrategias de los militares británicos, para obstaculizar un posible avance japonés, provocaron que los bangladesíes pasaran por hambruna en la que murieron aproximadamente tres millones de personas”, explican desde National Geographic.
Por eso mismo, el recordado gol de Diego Maradona frente a Inglaterra en el Mundial de México 1986 representó para el pueblo de Bangladesh una especie de justicia poética.