Desde hace algunos días, circula en Internet un video que muestra el instante en que un furibundo padre intenta hacer que su hija abandone una protesta a punta de correazos. La grabación del hecho, captada en una calle de Armenia (Colombia), se volvió viral y generó polémica tras ser difundida en las redes sociales.
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La joven, identificada como Karime, de 19 años, formaba parte de las protestas en contra de la policía de Armenia. Medios locales señalan que su padre, de nombre Norveli Restrepo, le había pedido que se retire del lugar dado que la manifestación se había tornado violenta.
No obstante, Karime no siguió la orden y continuó en la protesta pese al pedido de su padre. Poco después, el hombre acudió al lugar y, visiblemente enojado, comenzó a discutir con su hija para que se retirara.
Ante su negativa, le dio unos cuantos correazos en plena calle.
Las imágenes llegaron a Internet y, además de volverse tendencia, generaron controversia debido a que algunos acusaron al hombre de cometer maltrato familiar.
En conversación con el diario El Tiempo, el padre de familia explicó que su reacción fue causada por la llamada telefónica que recibió de la misma policía, quienes le informaron que tenían detenida a su hija.
“Me dijeron que la iban a judicializar y a mí me dio tristeza, vergüenza y rabia porque ella tiene muchos sueños y con una reseña en Fiscalía le puede impedir muchas cosas. Yo le había reiterado que fuera y además tenía susto, se la pueden entregar a uno en silla de ruedas o en un ataúd”, explicó.
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En el video viral se observa que los agentes le piden a Restrepo que se calme. Poco después, le entregan a su hija.
“Me entregaron a mi hija y no le hicieron reseña. La Policía se portó muy bien conmigo. En las redes sociales dicen que estuvo mal hecho que me entregaran a mi hija porque le iba a seguir pegando, pero el problema ya se había resuelto, ya la había reprendido. Nosotros no nos tomamos nada a pecho, cuando llegamos a la casa, al rato ella estaba normal. Como cuando a un profesional le llaman la atención, no lo debe tomar a pecho sino pasar la hoja y seguir”.
“Hubiera sido maltrato si yo hubiera llegado a agredirla con puños o con la correa en la espalda o en la cara, pero le di el correazo en la pierna para no vulnerarle su integridad”, agregó.