Matthieu Ricard, un monje francés conocido como “la persona más alegre del mundo”, reveló su secreto para alcanzar la felicidad.
El hombre, de 76 años, ganó el título de persona “la persona viva más feliz” tras un experimento llevado a cabo por la Universidad de Winsconsin (Estados Unidos).
Los neurocientíficos conectaron el cráneo del monje fra a 256 sensores y descubrieron que, mientras meditaba, su cerebro producía ondas gamma vinculadas a la conciencia, la atención, el aprendizaje y la memoria a niveles nunca antes vistos.
Además, los estudios mostraron una actividad increíblemente alta en la corteza prefrontal izquierda de su cerebro en comparación con la derecha, lo que significa que tiene una capacidad anormalmente elevada para la felicidad y el efecto contrario para la negatividad.
Ricard, quien trabajaba como científico y decidió dejarlo todo para mudarse al Himalaya y convertirse en monje budista, dijo según Business Insider que todo se basa en dejar de pensar de forma egoísta.
“No es el fundamento moral. Es simplemente que yo, yo, yo todo el día estoy muy cargado”, indicó. “Y es bastante miserable, porque instrumentalizas al mundo entero como una amenaza, o como un tipo de interés potencial [para ti mismo]”.
El secreto para alcanzar la felicidad, según la persona “más alegre del mundo”
Para alcanzar la felicidad, Ricard sugiere dedicarse a la benevolencia. “Si tu mente está llena de benevolencia, ya sabes, la pasión y la solidaridad... este es un estado mental muy saludable que conduce al florecimiento”, aseguró.
“Así que tú mismo estás en un estado mental mucho mejor. Tu cuerpo estará más saludable, así se ha demostrado. Y también, la gente lo percibirá como algo agradable”, continuó.
A pesar de vivir en una sociedad individualista, el monje afirma que, con tiempo y esfuerzo, nuestra forma de ver el mundo puede ver un verdadero cambio.
“Con entrenamiento mental, siempre podemos llevar [nuestro nivel de felicidad] a un nivel diferente. Es como correr. Si entreno, podría correr un maratón. Puede que no me convierta en un campeón olímpico, pero hay una gran diferencia entre entrenar y no entrenar. Entonces, ¿por qué eso no debería aplicarse a la mente?”, añadió.
“Existe [una] opinión de que la benevolencia, la atención, el equilibrio emocional y la resiliencia son habilidades que se pueden entrenar”, aseveró.
Por otra parte, Ricard sugiere pasar de 10 a 15 minutos al día pensando de forma positiva, en el bien de los demás o recordando algún momento alegre del pasado.
Hacerlo generará beneficios mentales a largo plazo e incluso pueden verse cambios en cuestión de semanas.