Cada cuatro años vemos los mundiales con varias intenciones. Si está Perú, con euforia, con camiseta de pijama o bandera de capa. Si no está, para reconciliarnos con otras culturas, interpretar sus cambios, mirar nuestras distancias y, sobre todo, entender en qué lugar estamos. Hace una semana cumplí 43 años y resulta que he sido un reportero que vi jugar a Maradona, Romario, Ronaldo, Iniesta, Cristiano y Messi en cancha, VHS, DVD y TikTok. Entonces, el lugar en el que estoy a mitad de Qatar 2022 es de privilegio.
Desde allí, esta es una arbitraria colección de detalles que pasaron en esta fase de grupos. Todos deberíamos hacer lo mismo.
La selección. Francia. Lejos. Me ha tocado verla por TV, en su casa -el Stade de France- y en el mundial. Tienen esta explosiva mezcla de candencia y dinamita, representada en Griezmann y Mbappé. Parecen sonámbulos, trasladando de un lado a otro, y de pronto salta el crack del PSG como hace, por ejemplo, un león hambriento en la sábana. El domingo Kylian, por ejemplo y así ya es el goleador del mundial -5 goles-. Es mi candidato.
El gol. La media tijera/media chalaca de Richarlson, en el debut de Brasil en Qatar 2022. Su destreza para la pirueta es directamente proporcional a su lengua y sus deseos lujuriosos. Bonus: el gol de Julián Álvarez a Polonia es puro tikitaka: 25 pases y por eso, el tanto de la selección argentina con más toques en la historia de los mundiales.
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El streamer. Luis Enrique. Irónico -”¿Te gusta Bad Bunny?”... ¿Qué es eso? ¿Un grupo?”-, furor -en una semana se unieron 618 mil personas a su Twitch, el creador de contenido que más seguidores ganó en noviembre-, y humano -”Hoy es un día especial. No solo porque jugamos contra Alemania, sino porque mi hija Xana habría cumplido 13 años. Mi amor, estés donde estés, te quiero”- El técnico de España volvió del futuro para contarnos que así serán las conferencias de prensa en el fútbol: un hombre sentado con comodidad frente a su pantalla hablando de lo que él quiera. Y como quiera.
El romance. Tini y Rodrigo de Paul. Injustamente se la acusó a la estrella de la música argentina de agente distractor para De Paul, mediovolante reducido hoy solo a la categoría de “amigo de Messi”. Y aunque el nivel del centrocampista no es el de la final de la Copa América, Tini es cábala: fue dos veces al estadio y las dos veces la albiceleste ganó 2-0.
El look. Aliou Cissé, técnico de Senegal. Faltarán plaza públicas para elevarle estatuas. No alcanzará dinero para devolverle la clasificación a octavos. Y no habrá barbería que allá en Senegal -sospecho que también fuera de sus fronteras- no copien ese look, a lo Snoop Dogg, a lo Paolo Guerrero de Collique. El domingo se fue del mundial con todos los honores, pese al 3-0.
El vaticinio. Una tarde, cuando todavía Perú podía clasificar a Qatar, André Carrillo se defendió -sin que lo acuse- sobre el nivel de la Liga de Arabia. “Aquí creen que entrenamos en camellos. Hay muy buenos jugadores. Uno que te pudo decir es Salem (Al-Dawsari). Le pega, uffff...”. Lo sufrió Dibu Martínez en el debut.
El partido más político. Serbia-Suiza. En una imagen del vestuario viralizada antes del inicio del partido que Serbia perdió por 2-0 ante Brasil el pasado jueves 24, se vio una bandera con el mensaje “No hay rendición” sobre el dibujo del mapa de Kosovo. La FIFA abrió un procedimiento disciplinario contra la federación serbia
El susto. O´rei Pelé. El astro brasileño, de 82 años, fue ingresado a un sanatorio de Sao Paulo por un tema devenido del cáncer de colón que padece. Su hija, Kely Nascimento, confirmó que todo era solo rutina. Igual, rezos de todo el mundo a Alá, Yavé y Dios se iniciaron, pidiendo por su hijo más dilecto.
La lesión. Neymar. Su tobillo derecho, inflamado como un trozo de panceta, nos duele a todos. Jugó algunos minutos lesionado, contó Tité, su técnico, lo que nos ha permitido conocer un lado inédito: su liderazgo a prueba de patadas. Que vuelva pronto.
El abrazo. Emocionantes los argentinos y los japoneses, pero ninguno como Achraf Hakimi, tras el triunfo de Marruecos ante Bélgica. Apenas pitó el juez, fue corriendo a donde su persona favorita, su madre. Subió a la tribuna, se quitó la camiseta, se la entregó y se fundieron en un abrazo. Piel de gallina. Si hemos madrugado para ver Qatar 2022, es para esto.
El dato caleta. Japón no solo despachó a Alemania e hizo sufrir a España, lo hizo a partir de una estrategia que haría patalear a los seguidores de la religión del tique: pasó de ronda con la menor procesión de balón de toda la historia de los Mundiales. Apenas el 17,7%.
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