No llevaba una vida de ermitaño en las inexpugnables montañas de Tora Bora, en Afganistán. Tampoco se refugiaba en la peligrosa Waziristán del Sur, una zona tribal de Pakistán gobernada con sus propias leyes y donde Al Qaeda se mueve a placer.
Osama Bin Laden, el hombre más buscado por Estados Unidos durante más de una década, vivía en una fortaleza ubicada en la localidad pakistaní de Abbottabad, a solo 120 kilómetros de Islamabad, la capital del país. Estuvo allí durante seis años, hasta el 1 de mayo del 2011, cuando un comando de élite de los temibles Seals (pertenecientes a la Marina estadounidense) llegó al lugar de manera sigilosa en cuatro helicópteros.
De acuerdo con la versión de Estados Unidos, los 20 comandos descendieron sobre la propiedad y se abrieron paso usando explosivos, potentes rifles de asalto y dispositivos de visión nocturna. Osama Bin Laden no tuvo tiempo de coger la Kalashnikov que tenía cerca. Un tiro en el ojo izquierdo acabó con su vida.
También abatieron a uno de sus hijos, a otros dos hombres que formaban parte de su seguridad y a una mujer que llegó a ser usada como escudo humano.
¿Cómo dieron con el terrorista? La versión difundida tras la muerte del líder de Al Qaeda sostiene que Khalid Sheik Mohamed, cerebro de los atentados del 11 de setiembre del 2001 y preso en Guantánamo, reveló el nombre de uno de los mensajeros de Bin Laden, el kuwaití Abu Ahmad.
Durante varios años este fue buscado por agentes estadounidenses desplegados en todo Pakistán. Hasta que en julio del 2010 dieron con él en Peshawar (Pakistán) y empezó a ser vigilado. Él llevó a los agentes de la CIA hasta la fortaleza de Abbottabad.
En su residencia, Osama Bin Laden no tenía televisión ni conexión a Internet para evitar que lo rastrearan. Si quería transmitir un correo electrónico a sus cómplices, usaba a un mensajero que llevaba el encargo en una memoria USB hasta una cabina pública de otra localidad lejana y lo enviaba.
Los agentes de la CIA veían entrar a Abu Ahmad a la gigantesca residencia que tenía muros de más de tres metros de alto, con alambres de púas, sin ventanas y con el acceso muy restringido.
Para verificar que en el lugar vivía Osama Bin Laden, montaron una ficticia campaña de vacunación contra la hepatitis. Para ello contaron con la colaboración de un médico pakistaní. De acuerdo con el diario británico “The Guardian”, ese médico logró ingresar a la fortaleza de Abbottabad y vacunó a dos niños. El ADN que quedó en las jeringas fue enviado a Estados Unidos para que sea comparado con una muestra en poder de los servicios secretos de un hijo de Bin Laden. El resultado dio positivo.
En febrero del 2011, los espías concluyeron que en el lugar vivía la familia Osama Bin Laden.
El 29 de abril, el presidente Barack Obama dio la orden de entrar a la fortaleza. Dos días después se ejecutó la acción. La Operación Gerónimo duró 40 minutos y acabó con la pesadilla de los estadounidenses.