Una guerra nuclear es una amenaza latente y, según los expertos, informar sobre la catástrofe mundial que causaría puede servir para evitar que se haga realidad.
Por eso, un grupo de expertos en seguridad y armas nucleares de la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, crearon una simulación llamada “Plan A”, que muestra la devastación que dejaría un conflicto nuclear entre Estados Unidos y Rusia.
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Sus cálculos son aterradores.
En cuestión de horas habría 34 millones de muertos y más de 57 millones de heridos.
“El riesgo de una guerra nuclear ha aumentado dramáticamente en los últimos dos años a medida que Estados Unidos y Rusia han abandonado los tratados de control de armas nucleares”, señalan los creadores de la simulación en el blog del programa de Ciencia y Seguridad Global de la Universidad de Princeton.
“Comenzaron a desarrollar nuevos tipos de armas nucleares y ampliaron las circunstancias en las que podrían usar esas armas”, advierten.
En ese contexto, dicen, su motivación con este video es llamar la atención sobre las “consecuencias potencialmente catastróficas de los actuales planes de guerra nuclear de Estados Unidos y Rusia”.
Aquí puedes ver la simulación:
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Varios expertos consultados por BBC Mundo, que no estuvieron involucrados en esta investigación, coinciden en que aunque este tipo de ejercicios académicos muestran resultados escalofriantes, pueden ser útiles para persuadir a la potencias de no llegar a un enfrentamiento nuclear.
“Durante mucho tiempo hemos visto simulaciones como esta y siempre son alarmantes”, le dice a BBC Mundo Sarah Kreps, profesora de la Universidad de Cornell, donde investiga sobre la proliferación de armas de destrucción masiva.
“En algunos sentidos, estas simulaciones son útiles para reforzar la disuasión.
“Si no hay transparencia o si hay optimismo sobre las consecuencias de un enfrentamiento nuclear, es más probable que cualquiera de las dos partes escale su postura, ya sea consciente o inconscientemente”.
Para Kreps, los estragos que evidencian este tipo de simulaciones pueden servir para que ambas partes “ejerzan la moderación”.
Pero ¿en qué consiste el video de Princeton y cómo es el preocupante panorama que proyecta en caso de una guerra nuclear?
Millones de víctimas en pocas horas
La guerra imaginaria que ilustra el video comienza con el intento de Rusia de impedir un avance de Estados Unidos y de los miembros de la OTAN(Organización del Tratado del Atlántico Norte).
Para ello, los rusos lanzan un misil nuclear “de advertencia”, sobre la frontera que comparten Alemania, Polonia y República Checa.
Con ese ataque el conflicto escala rápidamente.
Rusia envía aviones con un total de 300 ojivas nucleares y dispara misiles de corto alcance contra bases y tropas de la OTAN en Europa.
La OTAN, por su parte, responde con aviones que viajan rumbo a Rusia, cargados con 180 ojivas nucleares.
En solo 3 horas, ya habría más de 2,6 millones de víctimas.
Ante la destrucción de Europa, Estados Unidos inicia un ataque con 600 ojivas nucleares que lanza desde su territorio y desde submarinos que apuntan a Rusia.
Rusia responde con misiles que dispara desde instalaciones subterráneas, camiones y submarinos.
Ese intercambio dura unos 45 minutos y deja 3,4 millones de víctimas.
En este punto, el objetivo de cada uno es evitar que el enemigo tenga oportunidad de recuperarse, así que cada bando despliega ataques contra las 30 ciudades más pobladas de cada quien.
En cada bombardeo se utilizan entre 5 y 10 ojivas nucleares, dependiendo del tamaño de la ciudad.
El resultado son 85,3 millones de víctimas en 45 minutos.
Así, en menos de 5 horas, habría 91,5 millones de víctimas. Eso incluye 34,1 millones de muertes inmediatas y 57,4 millones de heridos.
Esas cifras, advierten los investigadores, aumentarían “significativamente” si se toman en cuenta las muertes que a largo plazo causarían los residuos radioactivos en el aire.
¿Cómo lo calcularon?
Los investigadores de Princeton dicen que sus cálculos son “razonables” y están basados en posturas realistas de Rusia y EE.UU., así como los posibles objetivos militares y el daño que pueden causar las armas nucleares.
Con base en la información sobre las armas nucleares que actualmente están desplegadas, los escudos antimisiles y los posibles objetivos de cada arma, los expertos estimaron el orden en el que escalaría la guerra, pasando de ser un enfrentamiento táctico para luego volverse estratégico hasta llegar a atacar ciudades.
El número de muertes y heridos que se producirían en cada fase lo calcularon con base en el NukeMap (mapa de armas nucleares, en español), una herramienta interactiva que muestra el daño que causarían distintas armas nucleares según su potencia y el lugar donde se lancen.
El NukeMap fue creado por Alex Wellerstein, profesor del Instituto Tecnológico Stevens y especialista en la historia de las armas nucleares.
La información del NukeMap es “altamente precisa”, según le dice a BBC Mundo Erika Simpson, profesora de política internacional en la Universidad Western en Canadá y especialista en la estrategia nuclear de la OTAN. Simpson no estuvo involucrada en la investigación de Princeton.
¿Cuál es el panorama hoy?
Los expertos coinciden en que esta simulación llega en un momento en el que la amenaza nuclear no es menor.
“Este video es un poderoso recordatorio de que la amenaza de las armas nucleares no se ha ido”, dice Jonathan Marcus, corresponsal de asuntos diplomáticos y de defensa de la BBC.
“Llega en un momento en que la mayor parte de los tratados de control de armas y reducción de armas que ayudaron a mantener el equilibrio estratégico y la disuasión durante la Guerra Fría han sido abandonados”, añade.
Según explica Marcus, actualmente entre Estados Unidos y Rusia solo sobrevive un tratado importante para el control de armas nucleares.
Se trata del START II, que establece límites estrictos y verificables en la cantidad de sistemas nucleares estratégicos de largo alcance que cada parte puede desplegar.
“Pero este tratado expira en febrero de 2021”, advierte Marcus. “Y en la actualidad ni Washington ni Moscú parecen tener un gran entusiasmo por extenderlo”.
En agosto, EE.UU. se retiró formalmente del Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF, por sus siglas en inglés), que en 1987 firmaron el entonces presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, y su homólogo de Estados Unidos, Ronald Reagan.
“Ese fue otro clavo en el ataúd del control de armas”, expone Marcus.
El desplome de estos tratados, explica el corresponsal de la BBC, ocurre cuando estamos ante el surgimiento de nuevas armas “aterradoras”, como los misiles hipersónicos y la aplicación de inteligencia artificial al armamento estratégico.
¿Para qué sirven estas simulaciones?
Aunque espeluznantes, los estudiosos de temas nucleares afirman que estas simulaciones son útiles.
“Este estudio le ofrece información vital al público”, le dice a BBC Mundo Dinshaw Mistry, especialista en proliferación nuclear de la Universidad de Cincinnati y autor del libro “Conteniendo la proliferación de misiles”.
“Dicha información ofrece la base para cuestionar la justificación del tamaño y uso de las fuerzas nucleares”.
Mistry coincide con Kreps en que estas simulaciones sirven para pensar en las consecuencias de un conflicto nuclear a gran escala y la importancia del control de armas.
Útil pero limitado
Aunque reconocen su utilidad, los expertos afirman que el trabajo de Princeton tiene limitaciones.
Mistry, por ejemplo, sostiene que este escenario de guerra nuclear a gran escala es “menos probable” que un enfrentamiento a “pequeña escala” en el que las partes usen entre una y cinco armas nucleares en la etapa inicial del conflicto.
“La simulación sería aún más útil si mostrara cómo se puede controlar la escalada y limitar los daños”, apunta.
De manera similar opina Matthew Bunn, profesor de la Universidad de Harvard, especialista en medidas para controlar la proliferación de armas nucleares.
“Sería útil conectar (la simulación) con más información y acciones que podrían tomarse para reducir el peligro”, le dice Bunn a BBC Mundo.
Bunn se refiere a medidas como abordar los conflictos regionales, reducir las tensiones entre EE.UU. y Rusia, revitalizar la implementación de acuerdos pasados y reducir el énfasis que las doctrinas militares ponen en el uso de armas nucleares.
Marcus, por su parte, resalta que el video de Princeton deja de lado un punto álgido.
“Es interesante, quizás, que la simulación elige enfocarse en un intercambio nuclear Rusia-EE.UU.”, dice.
“Mucha gente podría ver más probable un conflicto entre China y EE. UU.
“Rusia es una sombra de lo que era la antigua Unión Soviética en términos de poder bruto, y Putin lo sabe”.
Pero más allá de cualquier análisis puntual, Marcus resalta algo en lo que los expertos están de acuerdo.
Todo este panorama “hace que la necesidad de revivir todo el proceso de control de armas sea más importante que nunca”, concluye Marcus.