Por un lado se lanzan acusaciones de haber mentido y desbaratado un acuerdo millonario firmado hace cinco años. Por el otro, responden que la decisión había sido anticipada pero nunca respondieron a sus llamadas. Lo cierto es que Australia y Francia han alcanzado el mayor punto de tensión de su historia en sus relaciones bilaterales.
Para entender la actual escaramuza entre París y Canberra retrocedamos hasta el 2016. Emmanuel Macron ya había llegado a la presidencia francesa, mientras que Malcolm Turnbull ocupaba la oficina de Primer Ministro en Australia.
MIRA: Macron acusa a mandatario australiano de mentir sobre contrato de submarinos
Ambos líderes acordaron la compra de 12 submarinos que serían construidos por la francesa Naval Group para la Armada Australiana. El contrato, que sufrió varios retrasos en estos años, estaba valorizado en 65.997 millones de dólares.
Sin embargo, el 15 de septiembre, cuando los gobiernos de Australia, Estados Unidos y el Reino Unido anunciaron la creación del pacto de defensa AUKUS (por las siglas en inglés de los tres países) para hacer frente al avance de China por el Indopacífico, en París la noticia cayó como un baldazo de agua fría.
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Al día siguiente, Australia anunció que como parte del acuerdo accedería a tecnología militar estadounidense con la que podría desarrollar sus propios submarinos nucleares, de los cuales espera producir por los menos una docena en los próximos años.
Esto, a la vez, implicaba la anulación del contrato firmado con Francia, pero según el actual primer ministro Scott Morrison, el país galo “sigue siendo un socio increíblemente importante en el Pacífico”.
Naval Group fue el primero en expresar su “decepción” por la anulación del contrato. El Gobierno de Macron, por su parte, calificó al pacto como una “puñalada por la espalda” y citó a los embajadores de ambos países para hablar sobre el tema, el mismo al que se refirieron como de “gravedad excepcional”.
“NO CREO, SÉ” QUE ME MINTIÓ
El último fin de semana se celebró en Roma la cumbre del G-20, un escenario ideal para que Francia, Estados Unidos y Australia buscaran limar las asperezas que había levantado el pacto AUKUS.
Los galos y los estadounidenses lo consiguieron, con declaraciones en las que Joe Biden reconocía la “torpeza” y lo precipitado que había sido el acuerdo sin considerar las consecuencias para Francia.
Macron aceptó las disculpas y aseguró que era el primer paso para fortalecer sus relaciones “con miras al futuro”.
Lo que sucedió con Australia, sin embargo, fue todo lo contrario.
El domingo, día del cierre del G-20, Macron fue consultado por la prensa australiana si consideraba que Morrison le había mentido sobre la cancelación del contrato por los submarinos.
“No lo creo, lo sé (que me mintió)”, respondió el mandatario galo.
“Tengo mucho respeto por su país. Solo digo que cuando tenemos respeto, tienes que ser sincero y tienes que comportarte en consonancia y coherencia con este valor”, agregó.
“YA LO SABÍAN”
Durante la cumbre, Morrison había asegurado que se encontraban en camino a enmendar las relaciones bilaterales. “Lo hemos empezado, hemos hablado varias veces en los últimos días. Estoy seguro de que hablaremos un poco más antes de que regrese a Australia”, decía desde Roma.
Sin embargo, la solución parece cada vez más compleja entre ambos países. El martes, durante la COP26 que se celebra en la ciudad galesa de Glasgow, Morrison se refirió al señalamiento de Macron.
“Tengo hombros anchos, puedo lidiar con eso (las acusaciones)”, dijo Morrison. “Pero esos insultos, no voy a permitirlos en nombre de los australianos”.
El primer ministro agregó que no buscaba convertir el impase en un conflicto personal y que le había adelantado a Macron, durante una visita en junio, que no estaban satisfechos con los submarinos que recibirían.
MENSAJES FILTRADOS
Pero como si de una montaña rusa se tratara, un nuevo incidente parece alejar las opciones de rebajar tensiones. La noche del lunes, el diario Australian Financial Review publicó una serie de mensajes entre Macron y Morrison que fueron filtrados por un alto funcionario del Gobierno Australiano.
Según el medio australiano, Macron le dijo a Morrison en junio que “no le gusta perder” luego de que el primer ministro le expresara su disconformidad con los submarinos.
Además, dos días antes de anunciar la cancelación del contrato, la oficina de Morrison habría intentado ponerse en contacto con el despacho de Macron, desde donde respondieron “¿debo esperar buenas o malas noticias respecto a nuestras ambiciones conjuntas de submarinos?”.
Finalmente, según el mismo medio, el presidente galo no habría recibido una llamada de Morrison un día antes del anuncio del pacto AUKUS.
Desde el Palacio del Elíseo la respuesta ha sido contundente. “La confianza se ha roto por completo”, aseguró un asesor de Macron al diario francés Le Parisien.
“Mostrar un mensaje de texto privado entre dos jefes de Estado o Gobierno es una táctica poco convencional y cruda”, añadió. “No es la típica cosa que se hace para mejorar las relaciones entre Francia y Australia”.
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