El entonces presidente de Venezuela, Hugo Chávez, lo repitió en varias ocasiones: que “la hermana Colombia” se estaba convirtiendo en la “Israel de América Latina”.
Lo dijo en 2008, 2009 y 2010, cuando Álvaro Uribe era el gobernante colombiano. Chávez lo sugería siempre en referencia a una relación bilateral que cada vez se afianzaba más, sobre todo en términos de intercambio de armamento e inteligencia militar.
- Colombia: proceso contra Álvaro Uribe pasaría de la Corte Suprema a la Fiscalía
- Estados Unidos paraliza la extradición del exlíder paramilitar colombiano Salvatore Mancuso a Italia
- Fiscalía de Colombia pide al presidente Iván Duque explicaciones sobre préstamo de 370 millones de dólares a Avianca
Este mes, esa relación se hizo todavía más especial, con la firma de un Tratado de Libre Comercio de “última generación” que además de facilitar el intercambio comercial entre los dos países, da incentivos para generar vínculos en educación, salud y políticas públicas, entre otros.
“Hoy le damos vida a este tratado —dijo el presidente colombiano, Iván Duque— un tratado que les permite a las exportaciones colombianas, básicamente en un 97% de nuestros productos, llegar sin arancel a Israel; que le permite también a Israel llegar a Colombia con muchos de sus productos, pero también con mucha de su inversión, inversión estratégica, inversión focalizada, que permite que creemos cadenas de valor y creemos un salto estratégico en distintos sectores”.
Colombia, además, anunció la apertura de una oficina de innovación en Israel como parte de un acuerdo que espera entrar en vigor en septiembre tras la aprobación —para muchos, asegurada— de ambos congresos.
Con esto, Colombia se afianza como el principal aliado de Israel en la región, no solo porque se trata de un TLC inédito (aunque ya existe de intercambio comercial con México y Mercosur), sino porque ahonda una relación que durante las últimas dos décadas se hizo cada vez más especial.
La predicción de Chávez, al menos en parte, se hizo real: ningún país en la región tiene una relación tan cercana a Israel. Pero eso, “más que ofendernos, nos da orgullo”, dice Marcos Peckell, director de la Comunidad Judía de Colombia.
“Que comparen a Colombia con una democracia multicultural, multiétnica, donde se respetan los derechos de las minorías y la economía funciona de manera estable me parece todo lo contrario a un agravio”, añade el también profesor de diplomacia y relaciones internacionales.
De una relación normal…
Antes de 2001, es difícil hablar de una relación especial entre Colombia e Israel.
El país sudamericano fue uno de los que se abstuvo en la votación de 1947 en la ONU que buscaba resolver el conflicto entre palestinos e israelíes y finalmente dio con el origen del Estado de Israel.
En 1960, ambos países establecieron embajadas y entablaron relaciones comerciales, pero eso no impidió que, en las décadas siguientes, Colombia protestara en los foros y votaciones de la ONU por muchos de los ataques y ocupaciones israelíes en territorios palestinos y abogara por la neutralidad de Latinoamérica ante el conflicto.
“En un acuerdo tácito con otros países en conflicto que suelen violar derechos humanos, como China o Estados Unidos, Colombia casi siempre ha condenado (en la ONU) las actuaciones de Israel para evitarse que la condenen a ella”, explica Sandra Borda, profesora de relaciones internacionales de la Universidad de los Andes.
Y Mauricio Dimant, coordinador de la unidad de estudios latinoamericanos de la Universidad de Jerusalén, añade: “En América Latina el acercamiento con Israel no es incompatible con el reclamo Palestino. El apoyo a los dos estados no es una postura anti Israel”.
Esa multiplicidad de posturas apartemente contradictorias se muestra de manera clara en el expresidente Juan Manuel Santos: aunque fue, como ministro de Defensa, el principal propulsor de la relación especial entre los países y es amigo del primer ministro Benjamín Netanyahu, tuvo la iniciativa, ya como presidente, de reconocer a Palestina como un Estado en 2018.
Colombia fue el último país de Sudamérica en dar ese reconocimiento.
…a una relación especial
Desde principios del siglo XX —y sobre todo durante la Guerra Fría—, Colombia es uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región.
“Y la conjunción de intereses entre los dos países e Israel hizo que se creara un triángulo estratégico entre los tres”, dice Peckell.
Tras el ataque a las Torres Gemelas en 2001 y la llegada al poder de Álvaro Uribe en 2002, Colombia se adhirió a lo que Estados Unidos llamó la “Global War on Terror”: la guerra global contra el terrorismo.
Desde ese momento Colombia declaró a las guerrillas “organizaciones terroristas” y pasó de ver su propia guerra como un conflicto armado a verla como una “amenaza terrorista”.
Y fue entonces cuando los militares israelíes, que durante décadas enfrentaron movimientos considerados terroristas como Hamás y Hezbolá, entraron de lleno a apoyar a las Fuerzas Armadas colombianas: entre 2002 y 2006, según cifras oficiales, las importaciones de material militar de Israel a Colombia se duplicaron.
Los aviones KFIR y el fusil Galil, ambos de invención israelí, se establecieron como principales armamentos del ejército colombiano.
Ya en los años 90 el conocimiento militar israelí había empezado a jugar un rol en el conflicto colombiano: algunos exmilitares de ese país, como el caso de Yair Klien, colaboraron, de manera informal e ilegal, con organizaciones antisubversivas paramilitares.
Pero reducirse al aspecto militar, aunque sea importante, es desestimar la complejidad y el abarcamiento de la relación especial, coinciden los expertos consultados por BBC Mundo.
Durante los últimos 20 años, por ejemplo, miles de colombianos han hecho parte del Mashav, un programa de educación de la Cancillería israelí para dar entrenamiento a extranjeros en medicina, agricultura y tecnología.
Ningún país latinoamericano ha tenido tantos alumnos en el Mashav como Colombia, según cifras del programa gubernamental.
Por eso es tan común ver colombianos e israelíes pasando meses o años de intercambio en el otro país en busca de enriquecer su formación.
Entonces: ¿tenía razón Chávez en su teoría del Israel latinoamericano?
De alguna manera, dice Borda, pero con un matiz relevante: “Ambos países somos los más cercanos a EE.UU. en nuestra región, pero Colombia ha logrado mantener un balance entre eso y su relación con el vecindario más eficiente que Israel”.
________________________
VIDEO RECOMENDADO
TE PUEDE INTERESAR
- Joseph DeAngelo, el “Asesino del Golden State”, es condenado a 11 cadenas perpetuas por decenas de muertes y violaciones
- “Esperamos acabar con esta pandemia en menos de dos años”, asegura la OMS
- Argentina declara servicios públicos y esenciales a internet, TV, telefonía y congela las tarifas
- TikTok presentará demanda contra el decreto de Trump que prohíbe la aplicación en EE.UU.
- “Estamos exhaustos”: los efectos que está teniendo en Argentina y su población la cuarentena más larga del mundo
- 3 claves para entender el caso Lozoya, el mayor escándalo de corrupción en la historia de México