Dos jefes de la guerrilla comunista de las FARC, incluido un negociador de paz, figuran entre los 40 rebeldes muertos en los recientes ataques militares en Colombia, informó este miércoles ese grupo, que seguirá dialogando con el gobierno.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
El comandante Jairo Martínez, miembro de la delegación de paz, figura entre los 27 guerrilleros muertos el jueves en un ataque en Cauca (suroeste de Colombia), mientras que Román Ruiz cayó en otra incursión militar el fin de semana en Chocó (suroeste de Colombia), lo que ha elevado la tensión al máximo en las negociaciones en Cuba, aunque ninguna de las dos partes ha amenazado con abandonar la mesa de diálogo.
“Informamos al país y al mundo que el compañero Jairo Martínez, integrante de la delegación de paz de las FARC en La Habana, Cuba, quien estaba en misión de pedagogía de paz en dicho frente (rebelde atacado en Cauca), se encuentra entre los guerrilleros asesinados”, dijo el comandante Pastor Alape a la prensa en La Habana.
Alape también confirmó que en el ataque en Chocó murió el comandante Román Ruíz, integrante del Estado Mayor Central de las FARC, guerrilla que este miércoles cumplió 51 años de existencia bajo el asedio militar del Gobierno de Colombia.
Martínez, de 63 años y cuyo nombre real era Pedro Nel Daza Martínez, al igual que otros delegados de paz de la guerrilla, había regresado a Colombia para explicarles a los combatientes de las FARC los alcances de los acuerdos parciales logrados en las negociaciones, que buscan poner fin a un conflicto armado de más de medio siglo.
Unos 40 guerrilleros de las FARC han muerto en tres incursiones militares en Cauca, Antioquia (norte) y Chocó, semanas después de que 11 militares perecieran en una emboscada rebelde en Cauca en medio de una tregua unilateral de la guerrilla.
Estos ataques, lanzados luego de que el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ordenara reanudar los bombardeos a posiciones de las FARC tras la emboscada a los militares, llevaron a la guerrilla a suspender el jueves su tregua unilateral por tiempo indefinido, en vigor desde diciembre.
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LA PAZ DE LAS FARC EN COLOMBIA
Alape pidió que los cadáveres de los guerrilleros caídos “sean inspeccionados por forenses nacionales e internacionales, bajo la mirada neutral del CICR”, el Comité Internacional de la Cruz Roja, tras denunciar que “varios (rebeldes) heridos fueron rematados con tiros de gracia por la tropa oficial” en Cauca.
También pidió al gobierno “restablecer la confianza y retomar el esfuerzo de las partes, tendientes a concretar medidas de desescalamiento del conflicto que estábamos analizando” antes de esta ofensiva militar.
Desde su inicio en noviembre de 2012, las negociaciones de paz se desarrollaron en medio de hostilidades en Colombia, pero la tregua de las FARC y la suspensión de los bombardeos del gobierno -que rigió cinco semanas- habían reducido los combates y las bajas, que ahora han vuelto a aumentar.
Alape desestimó que los ataques militares sirvan para presionar a las FARC a aceptar las condiciones del Gobierno de Colombia en las negociaciones, en las que desacuerdos sobre juicios han impedido cerrar la discusión sobre reparación de las víctimas.
“Se equivocan quienes piensan que con los cuerpos destrozados y la sangre de nuestros compañeros, van a imponernos una justicia que no persigue la responsabilidad de los poderosos”, dijo.
Algo similar expresó, desde las montañas de Colombia, la cúpula de las FARC al afirmar en un comunicado que un acuerdo de paz debe ser logrado “como el concierto de dos voluntades, y no como el sometimiento de una de ellas al imperio de la que se considera más fuerte, porque puede bombardear desde el aire y matar de una vez, cobardemente, a decenas de sus adversarios”.
Al justificar el bombardeo a las FARC en Cauca, Santos dijo el viernes que “ésta es una acción legítima del Estado, en defensa y en protección de la ciudadanía”, pero un día después se declaró dispuesto a “acelerar las negociaciones” con el fin de “parar esta guerra lo más pronto posible”.
El conflicto en Colombia ha dejado 220.000 muertos y seis millones de desplazados, según cifras oficiales, y es el último conflicto armado en América.
Ambas partes han consensuado hasta ahora tres de los seis puntos de la agenda, además de un plan de desminado, que quedó paralizado con el recrudecimiento de los ataques.
Fuente: AFP