El Departamento de Justicia de Estados Unidos obtuvo en secreto los registros telefónicos de dos meses de reporteros y editores de The Associated Press (AP), incluyendo llamadas desde los teléfonos de trabajo y personales de los reporteros, números generales de varias oficinas y de la sala de prensa.
En total, el gobierno de Barack Obama obtuvo los registros de más de 20 líneas telefónicas asignadas a personal de AP en abril y mayo de 2012. No se ha determinado cuántos periodistas usaron estos teléfonos durante el periodo en cuestión.
El presidente y director general de AP, Gary Pruitt, envió una carta de protesta al secretario de Justicia de EE.UU., Erick Holder, calificado como una “intromisión descomunal y sin precedentes” el acto.
“No puede haber justificación posible para un acopio tan amplio de comunicaciones telefónicas de The Associated Press y sus reporteros. Estos registros potencialmente revelan comunicaciones con fuentes confidenciales en todas las actividades noticiosas de la AP durante un período de dos meses, ofrecen un vistazo a las operaciones de recopilación de información de la AP, y revelan información sobre las actividades y operaciones de la AP que el gobierno no tiene derecho imaginable a conocer”, señaló Pruitt.
El director de la agencia exigió la devolución de los registros telefónicos y la destrucción de todas sus copias. El gobierno, hasta el momento, ha evitado referirse al caso.
CONTEXTO Funcionarios de EE.UU. habían expresado que el fiscal federal de Washington realizó una investigación penal sobre quién pudo haber entregado información confidencial en un despacho de AP del 7 de mayo de 2012.
La información hacía referencia a un plan terrorista abortado. En este despacho se revelaba detalles de una operación en Yemen que evitó que Al-Qaeda detonara una bomba en un avión en camino a EE.UU.