Estados Unidos y el gobierno de Reino Unido instaron hoy a sus ciudadanos a abandonar Yemen de inmediato y a no viajar al país árabe en el caso de que lo tuviesen previsto.
Nos preocupa un flujo de amenazas que indican un potencial de ataques terroristas contra personas o instituciones estadounidenses en el extranjero, que emanan especialmente de la Península Arábiga, justificó este martes la portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Jen Psaki, la decisión.
En el comunicado, el Departamento de Estado ordenó además la salida del país de todo el personal de la embajada que no sea esencial. Similar medida adoptó el Pentágono, cuyo portavoz, George Little, anunció la salida de Sana este mismo martes de personal no esencial de las fuerzas aéreas.
Aun así, también el Departamento de Defensa sigue teniendo a personal sobre el terreno de Yemen para apoyar al Departamento de Estado y monitorear la situación de seguridad, agregó Little.
Poco después, también Reino Unido anunció que ordenó la salida del personal de su embajada en Saná de forma temporal y que la cierra hasta nueva orden. La legación será reabierta en cuanto lo permita la situación de seguridad, indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores en Londres.
El lunes, el gobierno británico había anunciado que cerraba la embajada hasta el término de la fiesta de Eid al Fitr, con la que este jueves se da fin al mes de ayuno del Ramadán.
ALERTA POR “ALTO GRADO DE AMENAZAS” Las medidas se fundamentan en el alto grado de amenazas a la seguridad como consecuencia de las actividades terroristas y disturbios entre la población local, señaló Estados Unidos. Los ciudadanos estadounidenses que se encuentran actualmente en Yemen deberían salir del país, añade el comunicado.
Previamente, Washington ya había ordenado el cierre de 19 representaciones diplomáticas en Cercano Oriente y el norte de África hasta el sábado por motivos de seguridad. Entre las legaciones está la de Yemen. También Alemania, Francia y Reino Unido cerraron su representación en el país árabe.
Yemen entretanto ha publicado los nombres de 25 sospechosos de planear atentados contra instituciones privadas y públicas y ha anunciado una recompensa de 23.000 dólares por cualquier información que lleve a su captura.
El gobierno en Sanaa aseguró que ha tomado todas las precauciones necesarias para garantizar la seguridad en las instalaciones diplomáticas y lugares estratégicos.
MURIERON EXTREMISTAS Mientras tanto, cuatro extremistas vinculados con la red Al Qaeda murieron hoy en un ataque de un drone estadounidense en el norte de Yemen. El avión no tripulado bombardeó el vehículo en el que se trasladaban, según la web Mareb Press, y luego sobrevoló la capital del país, Saná.
A mediados de 2012, el Ejército yemení, apoyado por Estados Unidos, lanzó una ofensiva militar en el este y el sur del país contra los extremistas islámicos sospechosos de estar vinculados con Al Qaeda.
La rama de la organización en Yemen, Al Qaeda en la Península Arábiga, ha llamado muchas veces a atacar a diplomáticos y embajadas estadounidenses.
COMUNICACIONES INTERCEPTADAS El grupo IntelCenter, que vigila el intercambio de mensajes entre islamistas, asegura que Al Qaeda ha hablado tres veces de posibles ataques contra embajadas en los últimos 11 meses. Una de las amenazas más concretas fue el 15 de septiembre de 2012, poco después del ataque contra el consulado estadounidense en Bengasi, Libia, en el que murieron el embajador norteamericano Chris Stevens y otros tres estadounidenses.
Según medios norteamericanos, el origen de la nueva alerta se debe a comunicaciones electrónicas interceptadas entre los máximos responsables de Al Qaeda.
De acuerdo con The New York Times, la captura del intercambio de comunicaciones de la semana pasada entre Ayman al Zawahri, el nuevo líder de Al Qaida tras la muerte de Osama bin Laden, y el jefe de Al Qaeda en la Península Arábiga, Nasser al Wuhayshi, que tiene su sede en Yemen, reveló lo que funcionarios de inteligencia y legisladores norteamericanos han calificado como los complots más graves contra intereses estadounidenses y occidentales desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.