Laura Reina
La Nación/GDA
Argentina sale campeón del mundo, muchos señalarán a Lionel Messi, la estrella del seleccionado de Alejandro Sabella, como el padre de la conquista. Pero seguramente habrá que achacarle otras paternidades-imposible determinar cuántas- al crack argentino: las que podrían producirse unas 40 semanas después del 13 de julio, día de la esperada final en el Maracaná.
Es que existe una relación directa entre los éxitos deportivos de un país o club y el aumento en la tasa de natalidad de los simpatizantes de ese equipo. Un estudio realizado en España, luego de que el Barcelona conquistara la Champions League de 2009, demostró que el fútbol puede influir a la hora de tener hijos. Según el estudio, publicado recientemente en el British Medical Journal, 40 semanas después de esa consagración, se registró en Cataluña un 16% más de nacimientos, y muchos de ellos -unos 100 mil- fueron atribuidos al jugador Andrés Iniesta, que coronó con un gol una actuación soberbia.
Un año más tarde, ese mismo jugador fue el encargado de sellar con un grito el primer Campeonato del Mundo para España, luego de que su gol en Sudáfrica 2010 permitiera derrotar a Holanda en una ajustada final. Unas 40 semanas después de ese histórico día, nació su hija, y muchos no tardaron en sacar cuentas y decir que la beba había sido producto de la celebración posconsagración.
Volviendo al estudio sobre la natalidad en Cataluña, y a modo de conclusión, allí se señala: “Podemos inferir que, por lo menos entre la población estudiada, la euforia derivada de una victoria puede cultivar sensaciones hedonistas que resultan en celebraciones íntimas, las cuales pueden tener como consecuencia un número de embarazos no planeados”, detalla la investigación, que, dicho sea de paso, también habla del concepto You'll Never Walk Alone. Es decir; la sensación de pertenencia a la manada que lleva a los seres humanos a querer compartir la alegría, entre otras maneras, teniendo sexo (muchas veces, claro, sin la debida protección).
En este sentido, muchos especialistas señalan que la racionalidad no es siempre un factor clave en la concepción. Y hay algunos que afirman, incluso, que la mitad de los embarazos no son planificados y que muchos de ellos se transforman directamente en no deseados.
Festejar con sexo
Una encuesta realizada por el Departamento de Educación Sexual de Prime Argentina, a raíz del Mundial de Brasil, señala que el 93% de las personas prefiere festejar los triunfos de sus equipos teniendo sexo. “Es sabido que durante los mundiales toda la energía masculina se deposita en el fútbol y el deseo sexual parece aumentar o disminuir a medida que el equipo gana o pierde”, asegura Patricio Gómez Di Leva, sexólogo del Departamento de Educación Sexual de Preservativos de Prime Argentina.
La misma encuesta señala que casi el 40% de los consultados aseguró que prefiere ver los partidos con su pareja, algo que sin dudas invita al festejo íntimo pospartido, en un tercer tiempo cargado de acción.
“Si bien la sexualidad es muy sensible a situaciones de estrés y a priori parecería que el fútbol aleja a las parejas, por lo menos durante este Mundial no pasará eso -dice Gómez Di Leva-. Incluso existe un mayor interés de las mujeres por los partidos y sobre todo por los jugadores, que erotizan, y mucho, a las fanáticas. Muchas veces ellos pasan a ocupar un lugar de objeto sexual, y eso termina en encuentros sexuales. De más está decir que con estos acontecimientos se dispara la también fantasía de algunas de convertirse en botineras.”
Según el sexólogo Ezequiel López Peralta, reconocido especialista argentino que vive entre Ecuador y Colombia, cada vez más el Mundial es pensado desde el erotismo. “Los jugadores son vistos como objetos de deseo, el Mundial erotiza y esa erotización se traslada a la pareja -detalla-. Y la misma euforia de alentar a la selección puede ser un elemento de unión emocional en la pareja. Esa excitación mental también se traslada en algunos casos al plano sexual. Ver un partido produce una activación fisiológica en la que intervienen los mismos mecanismos de excitación sexual. De ahí al encuentro íntimo hay un paso.”
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