Hojeando una revista de decoración pueden surgir varias preguntas sobre el origen de cada objeto en una imagen. Una de las más frecuentes tal vez sea sobre las bibliotecas enormes y simétricas como rascacielos que aparecen de fondo en los grandes salones de algunas mansiones.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
¿Cómo aparecen allí? ¿Contienen enciclopedias de verdad o son simplemente carcazas de cartón que aparentan ser el lomo de un libro?
Lo cierto es que muchas de esas colecciones fabulosas son obra de curadores privados de bibliotecas, que le dan la vuelta al mundo buscando publicaciones que reflejen el interés de cada dueño de casa.
Uno de ellos es Kinsey Marable, un coleccionista estadounidense, quien sabe el valor de la palabra escrita aún en estos tiempos de la era digital.
“Una copia original de la primera edición de ”Matar al ruiseñor“ de Harper Lee valía US$7.500 en 1999. Ahora puede estar costando US$35.000 por ejemplar”, le dijo Marable a la BBC.
Del banco a la biblioteca
Los clientes de Marable están ubicados en distintas partes del mundo, pero fue un viaje al Reino Unido y una visita a Heywood Hill –una librería de ejemplares raros ubicada en Mayfair, Londres- lo que lo inspiró para meterse en el negocio.
Antes era un banquero, pero en 1994 decidió dejarlo todo y abrir una librería de rarezas en Washington.
“Lo hice para aprender del negocio desde abajo”. Luego, en 1999, dejó la librería para dedicarse al diseño de bibliotecas privadas.
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Oprah Winfrey le pidió una biblioteca con las primeras ediciones de los ganadores del premio Pulitzer de novela. (Foto: AP)
Muchos de sus clientes son decoradores y arquitectos que están construyendo casas para millonarios, que necesitan llenar cientos de metros cuadrados.
Su procedimiento es así: Marable visita a su cliente para conocer sus “intereses y personalidad” y qué podría ir bien con él.
A menos que el cliente haga una petición especial, Marable es quien provee de una lista de libros que han creado él y su grupo en los últimos años y que incluyen los mejores libros de las 100 mejores mujeres novelistas, libros de ciencia ficción, arquitectura de Estados Unidos desde 1800 y jardines ingleses.
Libro en cada cuarto
Y para cada parte de la casa hay una lista especial.
“Cada uno de esos libros son visualmente divertidos, de uso fácil, los que la gente denomina 'libros de centro de mesa', pero que se pueden conservar en mejores condiciones con un cubre polvo”, dijo.
A menudo recibe solicitudes extrañas como libros sobre alquimistas, crímenes reales y, una vez, un libro editado con puros rayones hechos en baños públicos.
Pero más allá del tema que traten, Marable y sus dos asistentes saben qué tipo de volúmenes tienen que empezar a cazar.
Según él una biblioteca hecha de puras “primeras ediciones” no es posible al menos “que tengas trillones de dólares”.
Por ejemplo, la ex presentadora de televisión Oprah Winfrey quiere conseguir todos las primeras ediciones de los libros que han ganado el premio Pulitzer de Novela o Ficción, que empezó a ser entregado en 1918.
Esa biblioteca tomó dos años en ser completada, mientras que una colección enfocada en los presidentes de Estados Unidos (biografías, autobiografías y ‘cualquier cosa que hayan escrito’) se demoró cuatro años antes de ser instalada.
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Juntar los libros para elaborar una biblioteca a medida puede durar casi cuatro años. (Foto: BBC Mundo)
La vida fácil de internet
Marable solía viajar de Estados Unidos a Europa –especialmente a Londres- para visitar librerías y distribuidores, pero ahora se dedica a la investigación por internet, que ha hecho su vida más fácil.
“Los sitios especializados son muy precisos. Encontrar el libro adecuado puede resultar tedioso, pero nos gusta de esa manera”, anotó.
Ahora, cuando los obtienen, la instalación de las bibliotecas es realizada por Marable y un asistente.
“Insistimos en eso. No solo porque nosotros estamos a cargo del catálogo de cada colección, sino porque necesitamos ponerlo en un orden adecuado”.
Todos los libros están cubiertos por un papel transparente para su protección.
“Tengo un montón de aspirinas contra el estrés en mi maleta. Pero cuando ves los estantes llenos que antes estaban vacíos, que ahora están transformados con todos esos libros, necesito hacer una pausa por un buen vaso de vodka”.
Colecciones de inventario
Mientras su compañía sugiere unos 30 libros para llenar una sala básica, otras colecciones pueden acercarse a los cientos, inclusive miles de ejemplares. Hasta ahora el mayor encargo que le hicieron fue de 3.000 libros en una biblioteca en Long Island, Estados Unidos.
“Todavía es un duro negocio”, dijo Marable, quien regularmente compra colecciones enteras para mantener su inventario.
Su negocio se basa en cobrar el valor del libro más los gastos de envío y transporte, pero nunca por el tiempo de investigación.
El 98% del gasto es lo que ellos obtienen de vuelta con el libro que se queda en su poder, dijo.
Una de las maravillas que ha logrado obtener ha sido una extraña copia del único libro que escribió Thomas Jefferson –el tercer presidente de EE.UU.-, “Notas sobre el estado de Virginia”, que publicó de forma anónima en Francia en 1785.
“Vivir en Virgina hace que te encuentres con mucha Jeffersonmania, pero de aquel libro solo existían 1.000 copias, así que fue maravilloso tenerlo en mis manos”, concluyó.
“Lo que pasa es que los libros transforman un cuarto. Lo convierten en un lugar cálido, habitable, confortable y real”.