“La conexión entre el pueblo israelí y estadounidense crece y es profunda, tan profunda que llega al hueso”, dijo Joe Biden durante una ceremonia de bienvenida en el aeropuerto Ben Gurión, cerca de Tel Aviv. El presidente de Estados Unidos inició este miércoles 13 su primera visita a Israel desde que asumió el poder, en un momento en que las tensiones por el conflicto israelí-palestino siguen latentes. Pero la prioridad del presidente de Estados Unidos no está en resolver el conflicto, sino en afianzar su papel en una región cuyas alianzas e importancia estratégica han cambiado en la escena internacional.
Tras aterrizar, Biden, que visitará Israel hasta el viernes, chocó los puños con el primer ministro israelí, Yair Lapid, y con el presidente, Isaac Herzog, y prometió “reforzar aún más” los lazos entre Estados Unidos e Israel y que avanzará en la “integración” de la nación hebrea en Oriente Medio.
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La agenda de Biden es ambiciosa. Luego de pasar dos días en Jerusalén se reunirá con el presidente palestino, Mahmoud Abbas, el viernes en el territorio ocupado de Cisjordania. Luego volará a Yeda, Arabia Saudita -algo inédito para un mandatario estadounidense. Allí mantendrá conversaciones con responsables sauditas y asistirá a una cumbre de aliados del golfo Pérsico.
“La visita de Biden a Israel y a los territorios palestinos se hace en un momento muy difícil para Estados Unidos, parece que la administración Biden se desinteresó del Medio Oriente durante sus primeros 18 meses”, dice a El Comercio Mohamed-Badine El Yattioui.
El experto agrega que Biden busca demostrar que Estados Unidos sigue siendo un actor importante en el Medio Oriente. “No quiere dejar a Rusia y China el liderazgo en la región, que es lo que había parecido durante este primer año y medio. Biden había estado enfocado en su guerra comercial contra China y el tema de Asia-Pacífico”.
Para Biden es importante demostrarle a los países del Medio Oriente, especialmente a aliados como Israel y Arabia Saudita, que esa región sigue siendo importante, sobre todo para combatir las amenazas del programa nuclear iraní.
El conflicto palestino-israelí
A diferencia de las visitas que líderes estadounidenses hicieron en el pasado a Israel, esta vez el conflicto palestino-israelí no es el plato fuerte de la agenda o un tema central a tratar.
Biden, firme defensor de una solución de dos Estados, ha instado a palestinos a israelíes a seguir avanzando en esa dirección, pero incluso antes de iniciar la visita a Israel la Casa Blanca anunció que el mandatario no hará ninguna propuesta “formal” para reactivar el proceso de paz entre palestinos e israelíes.
Israel ha sorteado con cuidado las negociaciones sobre la creación de un Estado palestino, que llevan mucho tiempo estancadas. No parece que la situación cambie pronto, mucho menos si depende de la presión de Estados Unidos.
“El compromiso de Estados Unidos, y mucho menos la participación presidencial, en el conflicto israelo-palestino ya no es una prioridad. Estados Unidos ha vuelto o cambiado a la gestión de alianzas, por lo que una coalición israelo-golfo contrairaní es mucho más importante para Estados Unidos que resolver el conflicto”, dijo Alon Pinkas, excónsul general israelí en Nueva York, citado por el diario “The New York Times.
En lo que lleva como presidente, Biden ha retomado los lazos con la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que se rompieron bajo el gobierno de Donald Trump, y ha reanudado la ayuda a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (Unrwa). Sin embargo, no ha dado marcha atrás en la decisión de su antecesor de declarar a Jerusalén como capital Israelí. Si bien se comprometió a reabrir el consulado para asuntos palestinos de Jerusalén que Trump cerró en el 2019, de momento eso no se ha concretado y los palestinos reclaman que Biden respalda la causa de Israel.
Las tensiones en torno al conflicto aumentaron la semana pasada, después de que Estados Unidos concluyera que Shireen Abu Akleh, una destacada periodista palestino-estadounidense asesinada a tiros en Cisjordania en mayo por fuego israelí, resultó muerta por accidente y dijo que no instaría al país hebrero a abrir una investigación penal sobre ningún de sus soldados.
Para Mohamed-Badine El Yattioui la desatención de Biden a Medio Oriente en su primer año y medio en el poder permitió que Israel “aumentara la colonización de los territorios palestinos. Eso afectó su credibilidad, así como su postura sobre la muerte de la periodista Shireen Abu Akleh, que además de ser palestina era estadounidense”.
“En ese contexto, hace poco el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo que la administración Biden quería recibir a la familia de la periodista, pero parece que eso no es suficiente para ellos y tampoco para los palestinos”, agrega.
Los ojos de en Medio Oriente
Biden comenzó su gira por Medio Oriente en Israel, en moentos en que estas nación ha estado construyendo relaciones y fortaleciendo lazos con las naciones árabes.
“The New York Times” recuerda que cuando Biden visitó Israel por última vez en el 2016, en ese entonces como vicepresidente de Barack Obama, el país tenía vínculos diplomáticos con solo dos estados árabes, Egipto y Jordania. “Pero ahora, está cada vez más arraigado en el ecosistema diplomático de Oriente Medio después de varios acuerdos históricos negociados por la administración Trump que normalizaron las relaciones entre Israel y otros tres estados árabes: Bahréin, Marruecos y los Emiratos Árabes Unidos”.
Mohamed-Badine El Yattioui apunta que el principal reto para Biden en esta gira es demostrarle a Israel, Arabia Saudita, a los Emiratos Árabes Unidos y a Bahréin, países que se acercaron a Israel de una manera o de otra, que Estados Unidos quiere jugar un papel importante y quiere mantener una cohesión de los aliados de Washington en contra de Irán, país que quiere aumentar su influencia a través de grupos como Hezbolá en Líbano o los hutíes en Yemen.
Además, después de Israel, Biden irá directamente a Arabia Saudita. “Es la primera vez que un presidente estadounidense hace eso, es algo muy simbólico”, dice el experto, que enfatiza que una vez allá se va a reunir con los líderes árabes del consejo de cooperación del golfo más Egipto y Jordania, algo que, apunt, busca demostrar que Washington mantiene el liderazgo en esa región y que no va a dejar que Rusia y China aumenten su influencia ni que se acerquen a Irán en contra de los intereses de Estados Unidos y sus aliados.
Arabia Saudita es el país del Golfo Pérsico en el que Occidente quiere bombear más petróleo para aliviar la creciente crisis energética mundial desencadenada por la guerra en Ucrania.
“No hay que olvidar que en el contexto de la guerra en Ucrania el Medio Oriente se vuelve importante de nuevo a nivel estratégico, sobre todo por el tema de los recursos naturales del petróleo y el gas, y por eso los países del consejo de cooperación del golfo son importantes para convencer a los países europeos, sobre todo, que hay otras oportunidades además de Rusia, que se aisló con la guerra y con las sanciones contra el Kremlin”, señala.
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