Aunque parecía una conversación informal, se trató de una reprimenda. Y se hizo viral, porque sus protagonistas no eran autoridades de bajo perfil, sino nada menos que el presidente de China y el primer ministro de Canadá.
Xi Jinping, que siempre se ajusta el protocolo, decidió delante de cámaras reclamarle a Justin Trudeau por haber filtrado a la prensa un diálogo privada durante la cumbre del G20 en Indonesia.
Sin embargo, nada hace pensar que haya sido una reacción descontrolada o fuera de guion, teniendo en cuenta que el líder chino estudia cada uno de sus movimientos, sus gestos y palabras.
“Todo lo que discutimos se ha filtrado a los periódicos. No es apropiado, y además tampoco es la forma en la que se llevó a cabo nuestra conversación”, le espetó Xi a Trudeau ante la presencia de un traductor.
“Si está siendo sincero, debemos comunicarnos con respeto mutuo. Si no, no estoy muy seguro de qué va a pasar”, agregó.
Trudeau no dudó en responder y le respondió señalando que “en Canadá creemos en el diálogo libre, abierto y franco”, y que “eso es lo que seguiremos teniendo”.
“Continuaremos buscando trabajar juntos de manera constructiva, pero habrá cosas en las que no estaremos de acuerdo”, añadió.
Relaciones tensas
¿Qué pudo provocar esta reacción del líder chino?
Según medios canadienses, el primer ministro conversó con Xi el martes en un diálogo informal en el G20 sobre la invasión de Ucrania, el respeto a los derechos humanos y el cambio climático.
Pero un asunto en particular habría sido crucial. El diario “National Post” dio detalles de que en esa conversación, Trudeau le planteó “graves preocupaciones” por presuntas interferencias en las elecciones del 2019.
Esto a propósito de una investigación del portal canadiense Global News, que señaló a inicios de noviembre que el Servicio de Inteligencia de Seguridad de Canadá advirtió a Trudeau sobre esta campaña de interferencia digitada desde Beijing para financiar a una red de candidatos con el fin de ganar influencia en Ottawa, así como montar campañas agresivas contra políticos canadienses considerados hostiles por la República Popular China.
“Los informes no identificaron a los candidatos del 2019. Pero la supuesta red de interferencia electoral incluía miembros de los partidos Liberal y Conservador, según fuentes con conocimiento de los informes”, señala Global News.
Tras destaparse el caso, Trudeau había dicho en su país -antes de ir a la cumbre- que China se dedicaba a “juegos agresivos”, por lo que se preveía que el encuentro entre los dos no iba a ser del todo cordial.
Otros desencuentros
Esta filtración solo engrosa más la lista de desencuentros entre ambos países.
El jueves 10 de noviembre, la policía federal canadiense había revelado que llevaba adelante una investigación sobre supuestas “comisarías” establecidas de manera ilegal por China en Canadá para controlar a sus ciudadano exiliados.
Sin embargo, las cosas ya estaban muy tensas, sobre todo desde el 2018, cuando Canadá detuvo, por pedido de Estados Unidos, a Meng Wangzhou, directora financiera e hija del fundador de Huawei, lo que provocó el disgusto del Gobierno Chino que, en represalia, detuvo en Beijing a dos canadienses.
Michael Kovrig y Michael Spavor fueron juzgados por espionaje y no fueron liberados hasta que Canadá hizo lo propio con Meng, en el 2021.
Como recuerda BBC, las tensiones resurgieron recientemente tras el arresto en Canadá de Yuesheng Wang, un empleado de la empresa de servicio público Hydro-Quebec, que fue acusado de espionaje.
Wang “obtuvo secretos industriales para beneficiar a la República Popular de China, en detrimento de los intereses económicos de Canadá”, afirmó la policía canadiense en un comunicado.
El factor Taiwán
Para añadirle más complicaciones, Canadá también cruzó una línea roja par Beijing: visitar Taiwán.
Tal como lo hizo Nancy Pelosi hace unos meses, provocando la iracunda reacción del Gobierno de China, delegaciones de congresistas de diversos países occidentales siguieron sus pasos.
Así, a mediados de octubre, un grupo de parlamentarios canadienses encabezados por la diputada Judy Sgro llegó a la isla para entrevistarse con la presidenta Tsai Ing-wen, así como con otros funcionarios y representantes empresariales.
La embajada china en Canadá dijo en un comunicado que esta visita “viola descaradamente el principio de una sola China” e “interfiere gravemente en los asuntos internos de China”.
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