Llamada Francesca Marina en honor al Papa y a los guardacostas que la salvaron, la bebé de madre nigeriana nacida en la nave de la Marina Militar italiana que la socorrió en el mar se convirtió hoy en símbolo de esperanza en el drama migratorio.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Tanto la prensa italiana como los usuarios de las redes sociales se refieren a la pequeña superviviente, que llegó ayer a puerto italiano, como “la princesa del Mediterráneo”, un bebé “precioso” que, en palabras del capitán de fragata Vicenzo Pascale recogidas en medios locales, “ha emocionado a todos”.
La primera bienvenida la dio la propia Marina Militar, que difundió un mensaje a través de las redes sociales con una foto de la pequeña dormida en una cuna improvisada ajena a la travesía por la que ha pasado antes de nacer y que despertó decenas de mensajes esperanzadores y de felicitación.
Con solo unas horas de diferencia, el nacimiento de Francesca Marina fue comparado en Italia con el de Carlota Isabel Diana, hija menor de los duques de Cambridge, Guillermo y Catalina, dos bebés nacidas al mismo tiempo pero con un futuro tan distinto por delante.
Lejos del hospital St. Mary de Londres, la pequeña inmigrante nació en la nave “Bettica” de la Marina Militar italiana, que socorrió la barcaza en la que la madre de la recién nacida viajaba junto con 870 inmigrantes, entre ellos 103 mujeres y 50 menores.
En la nave de rescate, los guardacostas improvisaron una pequeña cuna para protegerla mientras descansaba junto con su madre, “agotada tras el parto”.
Tras el desembarco en el puerto de Pozzallo, en la isla de Sicilia, la recién nacida fue trasladada junto con su madre al hospital, en buen estado de salud y con poco más de tres kilos de peso.
Aunque sin los cañonazos en Hyde Park y la Torre de Londres que celebraron el nacimiento de la princesa Carlota de Cambridge, los lloros de la pequeña Francesca Marina sí despertaron las voces que piden un futuro esperanzador para ella y para tantos menores que llegan en las embarcaciones.
“Nos gustaría pensar que la pequeña salvada de la nave de la Marina y la princesa de Cambridge pudieran tener las mismas oportunidades para construir su futuro”, deseó el diario “Corriere della Sera”, que apuntó que, sin embargo, “Francesca Marina no tendrá la ciudadanía italiana al menos hasta que sea mayor de edad”.
Sí podrá, en cambio “viajar a Gran Bretaña, país que forma parte de la Unión Europea y donde conseguir el permiso de residencia es mucho más fácil” o permanecer en Italia y “aprender italiano, hacer amigos, tener un trabajo digno, enamorarse y ser feliz”.
Aspiraciones que son “derechos de todos los seres humanos, hayan nacido en una barca abarrotada de inmigrantes o en un una clínica que cuesta 8.200 euros al día”, defendió el periódico.
SIGUEN LOS RESCATES DE INMIGRANTESLa Marina Militar y la Guardia Costera italianas continuaron esta madrugada rescatando a cientos de inmigrantes que atravesaban el Canal de Sicilia, mientras que otros centenares llegarán a los puertos italianos.
Son más de 7.000 los inmigrantes rescatados desde el pasado sábado, cuyas llegadas están provocando problemas en el sistema de acogida organizado por el Ministerio del Interior italiano, que ayer pidió a los delegados del Gobierno que busquen lugares para acoger a estas personas, ya que los centros están repletos.
La ONG Save the Children alerta de que unos 2.500 niños podrían no correr la misma suerte que Francesca Marina y morir en el Mediterráneo este año, si continúa la tendencia actual de llegada de inmigrantes procedentes del norte de África a las costas europeas.
Además del drama de los niños fallecidos tratando de alcanzar las costas europeas, los menores supervivientes llegan exhaustos y traumatizados por todo lo que han vivido, no solo en el mar, sino también durante los largos y peligrosos viajes por tierra.
Fuente: EFE